La inteligencia artificial (IA) generativa ha dado pasos importantes al facilitar la creación de contenidos en distintas áreas, incluyendo el arte. Pero ¿se puede crear arte sin ser artista? Pues las nuevas herramientas digitales basadas en IA buscan demostrar que eso es posible. Ese es el caso de Udio, una nueva plataforma que permite a cualquier persona crear canciones gratis y sin necesidad de conocimientos musicales.
Muy similar a la plataforma Suno, Udio permite a los usuarios escribir las indicaciones del tipo de canción que les gustaría, detallando un género musical, un estado de ánimo, e incluso introducir letras. Basándose en esas instrucciones, la IA genera dos propuestas musicales de unos 30 segundos. Una diferencia con su competidor Suno, es que Udio genera música en segmentos cortos y permite extender las composiciones con nuevas secciones después o antes del segmento original, incluyendo la opción de especificar que la nueva sea el intro o el outro de la canción.
Udio fue creada por cuatro extrabajadores de Google DeepMind, la rama de Google especializada en IA, y fue lanzada al público en abril de 2024. Se encuentra actualmente en su etapa beta donde los usuarios pueden registrarse y crear canciones gratis, las cuales pueden publicar en la misma plataforma, agruparlas en listas o descargarlas. Herramientas como Udio se presentan como una opción útil no solo para músicos aficionados, sino que también pueden ser utilizadas por profesionales para explorar nuevas ideas o generar material adicional. No obstante, estas nuevas plataformas están llevando la integración de la tecnología en el arte a un nivel tan avanzado que es válido preguntarnos si este desarrollo ha llegado “demasiado lejos”. Después de todo, a diferencia de programas populares como Photoshop, Audacity o Adobe Premiere para diseñar y editar imágenes, música o videos, respectivamente, la IA generativa produce estos contenidos con suma facilidad. Por lo tanto, distintas posiciones y cuestionamientos se han levantado ante esta nueva IA.
Similar que con otros nuevos servicios con IA, se cuestiona fuertemente si para el entrenamiento de Udio se usó material protegido bajo derechos de autor. En un artículo de la plataforma Rolling Stone sobre Udio se declaró que: “Aunque ninguna de las dos empresas [Suno y Udio] lo confirme o desmienta directamente, hay razones de peso para creer que tanto Udio como Suno se formaron con música protegida por derechos de autor, sin permiso”. Vale mencionar que Udio puede reconocer nombres de bandas o artistas y recomiendan en su tutorial que “puedes utilizar estilos de un artista para describir la música y nosotros sustituiremos la referencia al artista por las etiquetas de género pertinentes”.
Al respecto, la alianza Artist Rights Alliance publicó a inicios de abril un mensaje firmado por múltiples artistas, incluyendo celebridades como Katy Perry, Billie Eilish, Pearl Jam y Nicki Minaj, contra el desarrollo de este tipo de herramientas. El mensaje es encabezado por la frase “DEJEN DE DEVALUAR LA MÚSICA [”STOP DEVALUING MUSIC”]. Más allá del aspecto legal, el mensaje se enfoca en cómo el uso y desarrollo irresponsable de la IA para el valor de la música y el trabajo de los artistas. Aunque en el mensaje se reconoce el potencial de la IA para ayudar en la creatividad, enfatizan que las empresas realizan esfuerzos “dirigidos directamente a reemplazar el trabajo de artistas humanos con cantidades masivas de <sonidos> e <imágenes> creadas con IA”. Este desplazamiento de artistas por la IA también se ha discutido en el mundo del arte visual, como en el caso de Kelly McKernan, artista quien denunció en 2023 que estaban generando imágenes basadas en su estilo con IAs, como Midjourney y Stable Diffusion, sin su consentimiento. Recordemos también que en 2023 actores y guionistas de Hollywood realizaron una huelga en donde rechazaban el uso de la IA para crear material para el cine y la televisión pues amenazaría con reemplazar el trabajo de varios artistas.
Así, la capacidad actual de la IA generativa está demostrando que efectivamente puede imitar producciones de artistas reales, o hacer el intento. Los usuarios de estas plataformas basadas en IA no requieren ni conocimientos artísticos ni técnicos para generar resultados que a profesionales podría tomarles días, semanas o meses (sin contar el todo tiempo de preparación previo). Este “arte instantáneo” representaría un riesgo principalmente para los freelance que realizan comisiones o para aquellos artísticas que están iniciando una carrera y buscan hacerse un espacio en la industria. Sin embargo, no se puede decir que este reemplazo es total ni inmediato, aunque sí es evidente la creciente accesibilidad y fama que estas herramientas digitales están obteniendo.
En conclusión, la IA está transformando la forma en que creamos música y otras producciones artísticas. Puede que no falte mucho para que un solo servicio combine las funciones de IAs como Sora, Udio y DALL-E para que los usuarios comunes creen contenidos audiovisuales más complejos como un video musical o una película según sus preferencias.