Momentos antes de su actuación en San Pedro del Pinatar, Isabel Pantoja vivió una jornada marcada por imprevistos meteorológicos y una intensa preparación para su esperada actuación. A pesar de la tormenta que sorprendió a todos, el personal técnico se apresuró a proteger el equipo del escenario para garantizar que el concierto pudiera llevarse a cabo sin contratiempos.
Durante los preparativos previos a su actuación, la tonadillera mostró una notable preocupación por la calidad del sonido. Mientras el equipo técnico trabajaba para cubrir los altavoces con bolsas de plástico para resguardarlos de la lluvia, la cantante se movía por el escenario dando indicaciones precisas a los técnicos de sonido y músicos de la orquesta. La tensión era palpable, con la artista caminando visiblemente seria y resoplando, mientras su hermano, su sobrina Anabel y Antonio Abad observaban desde el costado del escenario.
Agustín Pantoja, encargado de supervisar el ensayo de su hermana, también se mostró preocupado por la situación. Con una expresión seria, se encargó de supervisar cómo Isabel daba instrucciones al equipo técnico, incluso deteniéndose en una ocasión para conversar con un miembro del equipo, indicando descontento con algún aspecto técnico al poner la mano en la mejilla cerca del oído.
A pesar de los desafíos, la tonadillera lo dio todo en el escenario y subrayó la autenticidad de su actuación, afirmando: “Esto es todo, absolutamente todo en directo. Si me sale bien, si no me sale bien, si se equivoca la orquesta, si me equivoco yo. Todo es directo, ¿vale? Que ya hoy día es muy difícil. No, yo creo que casi nadie ya es, pero bueno.”
Además, con una mezcla de nostalgia y humor, la artista recordó un momento memorable de su carrera al mencionar: “Creo que eso ha sido la única folclórica que tuve el valor de poder cantar y de poder cantar, que tuve el valor de vestirme de Travolta, ¿verdad? Lo que hace la juventud.”
A pesar de los contratiempos, la preparación meticulosa y el compromiso con una actuación en vivo de alta calidad reflejan el profesionalismo y la pasión de Isabel Pantoja por su arte.