La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, presionó duramente el jueves al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre la situación humanitaria en Gaza, en unas conversaciones “francas” que fueron observadas en busca de señales de cómo podría cambiar la política estadounidense sobre Israel si se convierte en presidenta.
El primer ministro israelí realizó una visita largamente esperada a la Casa Blanca para reunirse con el presidente Joe Biden y Harris en un momento importante para los tres políticos.
“Israel tiene derecho a defenderse, y la forma en que lo haga es importante”, dijo Harris a los periodistas después de la reunión. Dijo que había expresado su profunda preocupación por la magnitud del sufrimiento humano en Gaza.
“He dejado clara mi profunda preocupación por la terrible situación humanitaria que se vive allí”, afirmó. “No me quedaré callada”.
Los comentarios de Harris, que fueron agudos y serios en su tono, reflejaron lo que podría ser un cambio en la forma en que el presidente Joe Biden trata con Netanyahu.
Tras destacar que ella y el presidente Biden están “trabajando todos los días” para traer de regreso a casa a los rehenes estadounidenses, la vicepresidenta recordó que cuando era niña plantaba árboles para Israel y dijo que, como senadora de California y como vicepresidenta, tenía un “compromiso inquebrantable con la existencia del estado de Israel” y su pueblo.
Harris dijo que ambas partes están trabajando para lograr un alto el fuego y que ella sigue comprometida con una solución de dos Estados.
Horas antes, Biden presionó por un alto el fuego en la guerra de 9 meses en Gaza en sus primeras conversaciones cara a cara con Netanyahu desde que el presidente viajó a Israel días después del ataque de Hamas del 7 de octubre a Israel y prometió el apoyo estadounidense.
Los familiares de los rehenes estadounidenses detenidos en Gaza se reunieron con el presidente Biden y el primer ministro israelí Netanyahu en la Casa Blanca y calificaron las conversaciones de “productivas y honestas”.
En declaraciones posteriores a los periodistas, los familiares dijeron que “vinieron hoy con un sentido de urgencia” y enfatizaron la necesidad de completar un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas que podría resultar en la liberación de sus seres queridos.
“Hemos obtenido un compromiso absoluto de la administración Biden y del primer ministro Netanyahu de que entienden la urgencia de este momento”, dijeron los familiares. Agregaron que son más optimistas sobre un acuerdo de lo que han sido en meses.
El objetivo principal de Biden es presionar a Netanyahu para que llegue a un acuerdo con Hamas que permita declarar una tregua en la Franja de Gaza, donde 39.000 personas han perdido la vida en casi diez meses de guerra.
Según indicó un alto funcionario estadounidense, las negociaciones para un acuerdo entre Israel y Hamas están en su “fase final” y, durante el encuentro, Biden quiere conversar con Netanyahu sobre los últimos escollos.
Anoche, Biden dejó claro en un discurso a la nación desde el Despacho Oval de la Casa Blanca que uno de sus objetivos principales en los seis meses que le quedan en el poder será poner fin a la guerra, lo que supondría un logro importante para su legado después de haber puesto fin a su campaña para las elecciones de noviembre.
(Con información de Reuters, EFE y AP)