La comunidad del sector de Ciudad Bolívar está dividida: hay quienes no quieren ver de nuevo un pequeño kiosko y hay quienes están preocupados por el derecho al trabajo de una humilde pareja de la tercera edad.
Hace una semana, las autoridades locales clausuraron la caseta de comidas, dejando el establecimiento cerrado pero sin proceder a su destrucción. Esta situación ha generado molestias entre los vecinos, quienes consideran que la presencia de la estructura cerrada en medio de la calle peatonal afecta la estética del sector debido a que vecinos sin escrúpulos arrojan basura en el techo de la estructura.
Este local era operado por Jairo Villabona y Esperanza García, una pareja de la tercera edad que dependía de la venta de alimentos como su único sustento económico. “Hace tres años que nos mudamos de Morrorico para venir por acá cerca. Con este puesto le damos estudio a nuestra hija de 16 años” revela Villabona.
Con la venta de papas, empanadas y arepas rellenas a cuatro mil pesos, García y Villabona pagan lo del arriendo, servicios, comida y estudio de su hija. Por ese motivo solicitan una reubicación justa en un buen punto de la plaza de mercado cercana.
A pesar de pagar regularmente el arriendo del espacio, fueron desalojados sin una alternativa clara para su reubicación. Ante la necesidad de seguir generando ingresos, la pareja ha montado un pequeño local informal al lado de la caseta cerrada con candado.
Espacio Público aún no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre los pasos a seguir para resolver esta problemática. Mientras tanto, la comunidad del sector sigue a la espera de una respuesta que beneficie tanto a los vecinos como a la pareja afectada.
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