La empresa nacional petrolera de Libia ha anunciado la fuerza mayor en el campo petrolero de El Fil, ubicado en el suroeste de Libia, en medio de los bloqueos a los trabajos en estas instalaciones en el marco de la crisis abierta por el cese del gobernador del Banco Central, que ha vuelto a tensar las relaciones entre las administraciones enfrentadas en el país africano.
La Corporación Nacional de Petróleo (NOC) ha indicado en un comunicado publicado en su página web que “las circunstancias actuales” están provocando una afectación a las operaciones en El Fil, por lo que ha decretado el estado de fuerza mayor en las instalaciones.
Así, ha explicado que “considera que estas circunstancias están fuera de su control” y ha especificado que la medida “no será aplicable a las operaciones de carga y a otras operaciones con hidrocarburos”. “La NOC notificará el retorno a una situación normal en cuanto desaparezcan las circunstancias que causan la fuerza mayor”, ha zanjado.
Las autoridades asentadas en el este del país, enfrentadas a las reconocidas internacionalmente, con sede en la capital, Trípoli, han llevado a cabo durante los últimos días varios bloqueos en las operaciones de exportación de petróleo para protestar por el cese del gobernador del Banco Central, Sadiq al Kabir, quien la semana pasada huyó del país.
Por ello, la producción diaria de petróleo de Libia se redujo en más de la mitad la semana pasada, a unos 450.000 barriles frente al millón aproximado antes de la orden de suspensión, con la gran mayoría de la producción en el este.
El Banco Central de Libia anunció recientemente el restablecimiento de todos los servicios, si bien la crisis no ha quedado resuelta. La disputa estalló por el nombramiento de un nuevo gobernador, Abdelfatá Abdelgafar, tras la suspensión de su predecesor después del secuestro y posterior liberación del jefe de sistemas informáticos del banco.
El país lleva años sacudido por una disputa que enfrenta al primer ministro de unidad, Abdul Hamid Dbeibé, con las autoridades del este –que tienen en el presidente de la Cámara de Representantes, Aguila Salé, y al general Jalifa Haftar a sus hombres fuertes– tras el aplazamiento en 2021 de las elecciones presidenciales, con numerosos grupos armados entre medias que buscan consolidar su poder en diferentes partes del país, incluida la capital.