La fiscal anticorrupción Elena Lorente ha señalado este miércoles que el exministro Rodrigo Rato tuvo un “conocimiento directísimo” en su etapa al frente de Bankia de los contratos de publicidad que se firmaron con las agencias Publicís y Zenith, y que la elección de ambas fue “dirigida desde el minuto uno y a dedo” a cambio del pago de unas comisiones ilícitas.
Así se ha pronunciado durante la sesión número 50 del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid contra el que también fuera director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) por el incremento presuntamente ilícito de su patrimonio.
En este tercer y último día de exposición de su informe, Lorente se ha centrado en el delito de corrupción en los negocios que achaca a Rato por presuntamente haber cobrado comisiones a través de trabajos simulado para una sociedad denominada Albisa y que pertenecía al también encausado Alberto Portuondo.
Para la fiscal, en este caso concreto la prueba es “muy contundente” y pocas veces se puede encontrar “un caso tan de laboratorio” de este tipo de delito. Así, ha resaltado que, básicamente, Bankia “no solo paga por servicios” de publicidad a Publicís y Zenith sino que además “tiene que cubrir un plus” que son “las comisiones que se están llevando esas personas que son directivos y que forman parte de la propia entidad” –en referencia a Rato y Portuondo–.
La fiscal ha desgranado los indicios del delito, y ha arrancado explicando que Rato, cuando llega a Caja Madrid en enero de 2010, “se rodea de una serie de personas que son las personas más fieles que tiene”.
Para el Ministerio Público, esas personas –entre las que ubica a su secretaria Teresa Arellano, al propio Portuondo o al ex secretario de Estado de Hacienda José Manuel Fernández Norniella– “generaron un grupo de presión” en el seno de la entidad.
PORTUONDO, CONSEGUIDOR “UTILIZADO POR RATO”
Se ha centrado en la figura de Portuondo, contratado como asesor externo de Bankia, para decir que es “importante” en ese grupo de presión porque en el ámbito publicitario, sostiene, “intenta establecer aquellas pautas que el señor Rato consideraba personalísimamente que eran las más oportunas y convenientes en la publicitación de cosas relacionadas con Bankia”.
Ha recordado que su contrato de consultoría recogía expresamente dentro de su clausulado “el apoyo al gabinete de la Presidencia” por lo que entiende que era “un puesto de confianza y un puesto relevante”.
Además, ha resaltado que Portuondo, faltando a su deber de confidencialidad con Bankia, firmó contratos de comisión con las agencias de publicidad y llegó a formar parte del grupo comisionado para elegir a las sociedades que se iban a encargar de la publicidad.
Para la fiscal, fue una persona “absolutamente utilizada o que sirvió a unos intereses propios y también ajenos que eran los del propio señor Rato”. Así, lo ha calificado de ser un “conseguidor”.
EL CONCURSO PUBLICITARIO
Tras esto, Lorente ha puesto el foco en el supuesto concurso que se realizó en la entidad para elegir a las agencias de publicidad, y ha explicado que “poco tuvo que ver” con un concurso público porque “no hubo una publicitación” y ni siquiera hubo bases de contratación.
Para la fiscal, lo que sí hubo fue el pago de una comisión por parte de Publicís y Zenith para hacerse con el contrato publicitario y ganar a otras posibles competidoras a pesar de no ser las favoritas.
Y ha afeado a los directivos encausados de esas agencias de haber querido “echar la culpa al muerto, que siempre, desgraciadamente, es un elemento bastante común”, en referencia al papel concreto del ya fallecido Miguel Ángel Furones con Portuondo.
“Ahora todo es Furones, el pobre hombre no está, pues ahora todo es Furones y Furones. Pues no es así”, ha enfatizado, para añadir que la comisión se pagó no para participar en el concurso sino para ser elegidos.
Al hilo, la fiscal ha recordado la declaración en la vista de Pilar Trucios, quien fuera directora de comunicación de la entidad, que advirtió que fue Rato quien decidió en última instancia que la publicidad la llevaran esas empresas. “La elección final la toma el señor Rato, lo dice Trucios”, ha remarcado, apostillando que su declaración es “constante”.
Por último, la fiscal ha entrado sucintamente a explicar cómo se movieron esas comisiones cobradas por Portuondo en la sociedad Albisa hacia sociedades de Rato como Kradonara. Ha resaltado además que con posterioridad esos cobros también fueron blanqueados.
Cabe recordar que la Fiscalía Anticorrupción pide 63 años de cárcel para Rato por 11 delitos fiscales, por blanqueo de capitales y por corrupción entre particulares. A esa pena, suma que se le imponga una multa de 42,44 millones de euros.