Lo que parecía tener buen color para Cristiano Ronaldo, terminó siendo una pesadilla: Al-Nassr ganaba 1-0 con un tanto suyo en la final de la Supercopa de Arabia Saudita, pero Al-Hilal se lo dio vuelta 4-1 con cuatro goles en apenas 18 minutos. La gran estrella portuguesa no pudo mantener la compostura y les dedicó gestos agresivos a sus compañeros de equipo mientras se gestaba la caída.
La efervescencia y el puño apretado en alto por el 1-0 a favor cuando corría el minuto 44 del primer tiempo quedó en el olvido a partir de los 10′ del complemento, cuando el serbio Sergej Milinkovic-Savic empató y su compatriota Aleksandar Mitrovic anotó un doblete para inclinar la balanza a favor del poderoso Al-Hilal dirigido por el lusitano Jorge Jesús. A los 72′, el brasileño Malcom sentenció el pleito y otorgó cifras finales al score.
Primero Cristiano juntó sus manos y se las puso a un costado de la cara, inclinando su cabeza, en señal de que sus compañeros estaban dormidos. Y después fue más allá: de frente a ellos, a la espera de sacar del medio, unió y separó las yemas de sus dedos para cuestionar su valentía y dar a entender que tenían miedo. Sus ademanes negativos se potenciaron cuando acercó una de sus manos hacia su trasero dejando entrever que los integrantes de Al-Nassr tenían miedo.
Las imágenes fueron capturadas por Khalid Alolyan, quien le hizo un seguimiento personal a CR7 a lo largo del encuentro que se disputó en el estadio Prince Sultan bin Abdul Aziz de Abha y publicó todo en su cuenta de X (ex Twitter) con el usuario @olyan15k.
La pesadilla de Ronaldo todavía no había terminado todavía. Sobre el final del encuentro, los fanáticos de Al-Hilal que ya deliraban con la victoria y el título para su vitrina, sacaron a relucir su rivalidad con el argentino Lionel Messi, al que corearon. “¡Messi, Messi, Messi!”, fue la provocación del público presente para con el portugués, que hizo oídos sordos y decidió no responder.
En las redes sociales, se hizo viral una imagen de Cristiano Ronaldo tocando la Supercopa saudí en el momento en que los equipos saltaron al campo de juego. Para los más supersticiosos fanáticos del fútbol, este es un gesto que puede generar mala suerte, por eso la captura de CR7 acariciando el trofeo se replicó en todos lados una vez que se consumó su derrota.