Han pasado 14 años desde que se legalizó por primera vez el matrimonio entre personas del mismo sexo, en un país de Sudamérica. Argentina se puso a la vanguardia de la protección de los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en el 2010 y desde entonces Uruguay (2013), Brasil (2013), Colombia (2016), Ecuador (2019) y Chile (2022) se han sumado con esta misma medida.
Por otro lado, Perú, junto a Bolivia y Venezuela, son las únicas naciones del subcontinente americano que se siguen reusando a cambiar sus legislaciones para este fin.
Actualmente, dos congresistas han presentado proyectos de ley para aprobar el matrimonio igualitario en el país: Ruth Luque y Susel Paredes, una de las parlamentarias abiertamente homosexual del poder Legislativo.
¿Es posible que esta iniciativa tenga apoyo en el Pleno? Las apuestas no son favorables, ya que según el último informe del Barómetro de las Américas, solo el 21% de los peruanos aprueba esta clase de leyes a favor de la comunidad LGBTIQ+, mientras que un abrumador 79% las desapruebas.
Por este contexto desfavorable en sus propios países, muchas parejas peruanas se han visto obligadas a viajar al extranjero para que sus nupcias sean reconocidas.
Ese es el caso de las activistas y periodistas peruanas Graciela y Dayana, quienes se casaron en Argentina hace más de un año. Ahora, ellas están luchando para que su unión sea reconocida en el lugar que las vio nacer.
En entrevista con Infobae Perú, Graciela contó que este nuevo capítulo en sus vidas comenzó cuando empezó a considerar junto a su pareja la idea de casarse. Fue en esta etapa donde consideraron realizar un matrimonio simbólico en su país natal, aunque sabían que este gesto no iba a tener la protección legal o el reconocimiento que los matrimonios entre personas heterosexuales sí poseen.
“Al momento de comenzar a convivir, nos dimos cuenta de que, por ejemplo, a tu pareja no la reconocen como tal cuando quieres hacer algún trámite, con los seguros de salud, o en la potestad de decidir sobre el tratamiento médico de la otra persona. También en otras cosas, como en los bancos, los seguros, la pensión, si compras un artículo en conjunto, por más pequeño que sea, en los derechos de todas nuestras posesiones, cómo se dividen, la herencia, incluso”, manifestó.
Después de finalmente tomar la decisión, siguieron trabajando para ahorrar el dinero suficiente que iban a necesitar para los viajes, estadías, y otros gastos.
“En Buenos Aires fue donde vimos que el matrimonio de tránsito es el más sencillo de realizar, al menos aquí en Latinoamérica. No te piden mayores trámites, ni pagos adicionales. Es bastante amigables todo. Una vez casadas, la jueza nos dijo: ustedes ahora son una familia argentina legalmente constituida y reconocida. Si desean pueden hacer su vida familiar aquí, van a acceder a los derechos que cualquier familia argentina tiene, pero nosotros decidimos volver al Perú”, relata.
Según su testimonio, ellas sienten que tienen un compromiso a nivel personal con esta causa. “Nos parece importante que en nuestro propio país se reconozcan nuestros derechos y junto con ellos, los de todas las familias LGBTIQ+ que están pasando por el mismo proceso que nosotras”, precisa.
Siguiente paso: presentar la demanda
El siguiente paso que siguieron, todavía requería su presencia en Argentina. “(Fuimos) a la escribana en Buenos Aires para hacer el trámite para que la Haya apostille nuestra acta, porque todo el matrimonio celebrado en el extranjero necesita esa apostilla de La Haya para que luego tú puedas ir a tu país de origen y solicitar la inscripción”, cuenta.
Una vez en Perú, buscaron información sobre cómo proseguir y a qué organizaciones acudir. “Tuvimos acercamiento con las compañeras de Flora Tristán, quienes desde la primera vez que hablamos con ellas, nos dijeron, no se preocupen, nosotras asumimos todo el proceso y les damos el acompañamiento y el patrocinio institucional para llevar la demanda que ustedes quieren presentar”, explica.
“Recién fue en ese momento que vimos, de manera más concreta, que este deseo que teníamos de aportar, o al menos ser un granito de arena a la lucha histórica que tienen las personas LGBTIQ+ por el reconocimiento del matrimonio igualitario, se podría concretar”, añade.
Es así como el pasado 3 de mayo, un año después de haber contraído nupcias, presentaron la demanda ante el Poder Judicial y emprendieron un largo camino que puede tomar meses, como también años en resolverse.
Piensan acudir hasta las últimas instancias
Cecibel Jiménez, abogada del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y de la pareja, comentó a Infobae Perú que si bien en este momento la demanda ha sido presentada por la vía civil, no se descarta acudir al Tribunal Constitucional o incluso a entidades internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para lograr su objetivo.
“Probablemente, nosotras acudiremos a la vía constitucional, pero, desde nuestra parte, consideramos que tenemos la argumentación suficiente y que el Estado peruano tiene la obligación de garantizar los derechos fundamentales de Graciela y Dayanna”, afirma.
“(Tampoco) se descarta acudir al fuero internacional como otros casos lo han hecho (…). Si es que no obtenemos un fallo favorable a nivel nacional, acudiremos al sistema interamericano”, agrega.
La abogada también explicó que si bien se ha registrado fallos favorables que ordenaban la inscripción de este tipo de matrimonios, estos no han podido ser confirmados en instancias finales. Incluso, estos casos tomaron la vía constitucional, aunque sin éxito.
“Lamentablemente, la postura del Tribunal Constitucional hasta la fecha ha sido votando en contra de esta inscripción. Sabemos que el contexto político actual, aunque no debería, influye en el derecho. Consideramos que tenemos a un TC muchísimo más conservador. Esta mirada fue evidentemente fundamental para poder tomar una postura y sobre el porqué hemos acudido por la vía civil”, resalta.
Una batalla complicada
Graciela sabe que ella y Dayanna se encuentran recién al inicio de una larga ruta y que probablemente en el futuro encuentren varias trabas.
“(Sabemos) que va a requerir bastante fortaleza a nivel emocional, a nivel mental y que vamos a en algún momento también a necesitar del soporte de nuestras propias familias por porque incluso ahora ya recibimos algunos comentarios en redes de cuando las compañeras han publicado las fotos de cuando se inscribe la demanda, hay personas que comienzan este a insultar y a atacar. Es un proceso difícil, no solamente con la negativa de las autoridades, sino también por el rechazo de la misma sociedad”, remarca.
En ese sentido, sostiene que su principal objetivo en este momento es no agotarse y continuar con el proceso “hasta las últimas consecuencias”.
“Si hay que llegar a cortes internacionales, también estamos dispuestas a hacerlo porque sabemos que esto es una lucha que no solamente implica el reconocimiento y protección de nuestra familia, sino de muchas otras que están ahorita en situación de desprotección de invisibilización en su propio país”, subraya.
Por su parte, Jimenez mencionó que de lograrse la inscripción, la pareja podría marcar un antecedente importante, uno en el que por primera vez en el Perú dos personas del mismo sexo sean reconocidas como familia, con la posibilidad de adoptar o tener una serie de derechos hereditarios. “Para nosotras, este es un caso emblemático para la comunidad LGBTIQ+”, establece.