El drama histórico ambientado en el Japón del siglo XVII, Shôgun, se ha convertido en la gran triunfadora de la 76 edición de los Premios Emmy. Ya partía como favorita después de haber conseguido un total de 25 nominaciones, y ahora ha alcanzado el hito de alcanzar 18 galardones (la mayoría de carácter técnico), pero también los de Mejor Serie de Drama, mejor actor (Hiroyuki Sanada), mejor actriz (Anna Sawai), mejor actor invitado (Nestor Carbonell) y mejor dirección para Fred Toye.
La serie está basada en un libro escrito por el australiano James Clavell, hijo de un oficial de la Marina Real y que pasó buena parte de su vida viajando. Cuando tenía 16 años, en 1940, se unió a la Artillería Real Británica y fue enviado a Malasia para luchar contra los japoneses. Ahí entraría en contacto con la cultura oriental.
Y lo cierto es que sus primeras experiencias allí no fueron nada buenas, fue herido, apresado y sufrió toda clase de agresiones durante su cautiverio. Cuando salió de allí comenzaría una nueva vida como guionista, alcanzando reconocimiento con películas como La Mosca, Watusi y, sobre todo, La Gran Evasión (1963).
Una novela que se convirtió en un éxito
Ya en los años setenta, escribiría la que se convirtió en su novela más ambiciosa, Shôgun, centrada en la época feudal del país nipón en la que se narraba las luchas de poder entre los señores de los diferentes bandos, todo narrado desde el punto de vista de un marinero inglés cuyo barco había llegado a esas aguas, pero manteniendo un rigor histórico de lo más rico y exhaustivo a la hora de contar no solo las tradiciones, sino también un momento marcado por los enfrentamiento religiosos.
Lo cierto es que la novela se convirtió en un éxito superventas en su momento y se adaptó a una miniserie de televisión en 1980, que protagonizaría Richard Chamberlain. Ahora, ha vuelto a trasladarse a la pequeña pantalla desde una perspectiva tan apabullante cómo épica. Sus creadores han sido Justin Marks y Rachel Kondo, que han pasado años para introducirse en este universo de guerreros y ‘samuráis’, estudiando y documentándose, pidiendo ayuda a expertos en cultura japonesa, como Frederik Cryns, que los asesoró durante tres años y les ayudó a configurar cada uno de los detalles de la ambientación.
Cómo se rodó ‘Shôgun’
Fue el momento en el que entró en choque la cultura occidental y la asiática, cuando el cristianismo comenzó a propagarse por la influencia de portugueses y españoles, uno de los temas centrales que trata la ficción. Pero, además de los enfrentamientos ideológicos y las historias de traición y de amor, sorprende la minuciosidad de la reconstrucción.
Para el rodaje se recrearon las estancias de varios palacios japoneses de ese periodo específico, 1600 y también fabricaron a escala real una parte de Osaka, para poder grabar los exteriores. Todo esto tuvo lugar en Vancouver, porque en Japón no había espacio para decorados de esta magnitud.
Shôgun se ha convertido, gracias a todos estos elementos, en la gran sorpresa de la temporada. Se estrenó el pasado 27 de febrero en Disney Plus+ y no ha parado de sumar aficionados a la serie, que se han enganchado por su grandeza y audacia, por la calidad en todos sus apartados y el carisma de los personajes, entre los que también encontramos a Cosmo Jarvis y Tadanobu Asano.