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La Iglesia sube el tono de las críticas al Gobierno: el duro mensaje de los curas villeros y la señal de la visita de Kicillof a Francisco

Lorenzo Toto de Vedia - curas villeros
El equipo de curas que trabaja en los barrios populares y villas de la Argentina

La confirmación del encuentro que el Papa Francisco y Axel Kicillof tendrán en Roma el próximo jueves es el hecho sobresaliente de un encademiento de mensajes que la Iglesia católica le viene enviando al gobierno nacional, en forma sistemática durante los últimos dos meses, aunque no suela ser explicitado en esos términos.

Tanto en el mundo eclesiástico como en el de la política nacional, advierten con claridad que Jorge Bergoglio tiene una cintura política acorde al rol que ocupa como jefe del Estado Vaticano. Es el líder de la Iglesia y, al mismo tiempo, un animal político. Ninguna foto, ni ningún mensaje están librados al azar.

Francisco recibirá al gobernador bonaerense el mismo día que Javier Milei pise Italia para formar parte del G7. Parece ser una coincidencia. Solo parece. El Presidente viajará el miércoles por la noche a Italia para formar parte de la cumbre que aglutina a los principales líderes del mundo. Irá después de dar vuelta su decisión, ya que el último jueves se había inclinado por acortar su gira europea y no asistir.

En simultáneo, el Papa recibirá a Kicillof en una audiencia privada por primera vez desde que es gobernador de la provincia de Buenos Aires. Será el primer cara a cara. Hasta aquí el nexo más directo siempre ha sido Víctor Manuel “Tucho” Fernández, quien hasta julio del año pasado era el Arzobispo de La Plata. Su cargo lo dejó el día que el Sumo Pontífice lo designó como Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, lo que lo obligó a irse a vivir a Roma.

Kicillof tiene una relación estrecha con Fernández, que es uno de los sacerdotes más cercanos al Papa. Era, hasta el año pasado, uno de los canales de comunicación que Bergoglio tenía con la iglesia argentina, sobre la que nunca dejó de tener influencia desde que se convirtió en Papa en el 2013. Francisco se reunirá con el mandatario bonaerense en pleno conflicto del Gobierno por el reparto de alimentos y en una nueva etapa de confrontación entre el Presidente y la oposición, que tiene a Kicillof como uno de sus abanderados.

Papa Francisco y Axel Kicillof
El gobernador bonaerense visitará al Papa el próximo jueves. Será la primera reunión privada entre ambos

El Gobernador y sus principales ministros hace varios días que denuncian una desfinanciación de la provincia generada por el gobierno nacional. “Existe un plan deliberado y sistemático de asfixia financiera y económica contra el pueblo bonaerense”, aseguró la semana pasada Carlos Bianco, ministro de Gobierno de la provincia y mano derecha de Kicillof. Esa misma queja será la que escuche Francisco en su despacho, pero de boca de Kicillof.

El mensaje político que implica la reunión de Franciso y Kicillof en Roma es el corolario de una serie de mensajes críticos que la Iglesia católica le envió al Gobierno en los últimos meses. Incluso este lunes hubo un nuevo comunicado apuntado a la gestión libertaria que fue firmado por el equipo de sacerdotes de barrios populares y villas de la Argentina, entre los que sobresalen los padres Pepe Di Paola y Toto De Vedia.

Los sacerdotes emitieron un comunicado en el que convocaron a la misa religiosa que celebrará el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, el próximo 19 de junio, para reconocer, según explica la convocatoria, “a las mujeres que sostienen los comedores en nuestros barrios”, que se hará en el Santuario de la Virgen de Caacupé, en La Matanza.

“En estos tiempos de crisis y confusiones, nos duele que a muchas de estas doñas se las haya acusado de robar o vender los alimentos. Son ellas las que sufren el dolor de ver que no alcanza la comida de la olla. Varias veces repiten el milagro de la multiplicación de los panes. Son las que dan la cara cuando el Gobierno no entrega los alimentos”, indicaron los curas villeros en el comunicado publicado hoy.

Axel Kicillof junto a monseñor Víctor Tucho Fernández
Axel Kicillof junto a monseñor Víctor Tucho Fernández, el ex arzobispo de La Plata

“¿Qué nos pasó que pasamos de ensalzarlas en la Pandemia a humillarlas ahora? ¿Cambiaron ellas o cambiamos nosotros? ¿Nos hemos transformado en una sociedad que condena a tantas madres que dan vida?”, se preguntaron, en el texto que se publicó en el mediodía de este lunes.

El mensaje fue muy duro contra el Gobierno, pero apuntó, con un pedido, a todos los sectores que están involucrados en la vida pública y política de la Argentina. “Pedimos recapacitación: a la gente del Gobierno, a los políticos, a los formadores de opinión, a los empresarios, a todos. Jamás imaginamos que tendríamos que seguir discutiendo sobre el reparto de comida. Es escandaloso. Nos duele mucho. ¡No es posible morirse de hambre en la tierra bendita del pan!”, sostuvieron.

“Trabados en pelear por los alimentos no podemos avanzar en proyectos de verdadera inclusión. La cuestión va mucho más allá del galpón de alimentos. En un país con un 55% de pobreza y 18% de indigencia, no podemos pensar que el problema de la comida es psicológico o ideológico”, expresaron desde el equipo de curas villeros.

El tramo final del comunicado fue tajante y contundente: “No se combate con relatos y redes. Los problemas de asistencia alimentaria tienen que acompañar la realidad que estamos viviendo y actualizarse con la inflación. Nos gustaría pensar que esto es ineptitud y que se quiera mejorar”.

El presidente Javier Milei y el Papa Francisco
El papa Francisco y el presidente argentino, Javier Milei durante su encuentro privado de principio de año en el Vaticano (EFE/Simone Risoluti/Servicio Fotográfico Vaticano / SOLO USO EDITORIAL)
(Simone Risoluti/)

La misa a la que convocan los curas villeros se generó en respuesta a las acusaciones del Gobierno sobre el rol de las organizaciones sociales en el reparto de comida y la existencia de comedores truchos. Lo que molesta dentro de la institución católica es que se “meta todo en la misma bolsa” respecto al discurso de la Casa Rosada sobre la decisión de cortar con intermediarios entre el Estado y la gente.

Pero, además, existe una fuerte molestia por los seis meses que tardó el gobierno nacional en repartir los alimentos almacenados en Villa Martelli y Tafí Viejo desde la gestión pasada. En la Iglesia nunca convencieron las respuestas del Gobierno respecto a las demoras, los controles de stock y la situación para la que estaban almacenadas que, en boca del vocero presidencial Manuel Adorni, era para “situaciones de catástrofes”.

El 25 de mayo, durante el Tedeum, la Iglesia ya había mandado una señal de alerta al Gobierno. “Hay que acompañar con hechos y no solo con palabras el esfuerzo de la gente”, dijo el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva. Poco después de esa homilía, Oscar Ojea, hombre de estrecha relación con el Papa, le exigió al gobierno de Milei que reparta la comida almacenada en un contexto de crisis y pobreza creciente.

El mensaje de los curas villeros, en un tono que no es institucional como el de Ojea y García Cuerva, lleva la adhesión implícita del Papa Francisco. Ese grupo de curas, que trabaja en las villas de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, fue cobijado e impulsado por Bergoglio cuando era Arzobispo de Buenos Aires. Dicen, por su forma de comunicar, las cosas de una forma mucho más directa y filosa. Una verdad sin matices institucionales.

La convergencia en una misa de la Conferencia Episcopal Argentina y los curas villeros potencia el mensaje hacia el Gobierno, y expone el apoyo del Papa Francisco a su contenido: las críticas a la demora en el reparto de alimentos, la demonización de las organizaciones sociales y el pedido de revalorización del rol de las mujeres que atienden merenderos y comedores en los barrios más pobres de la provincia más habitada del país.

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