La mayoría de capitales de provincia ha bajado después de la pandemia el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), con el que los ayuntamientos obtienen el 66% de sus ingresos por tributos locales.
Así consta en un estudio sobre el panorama de la fiscalidad local 2024 elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales, órgano especializado en fiscalidad del Consejo General de Economistas de España.
En el informe, recogido por Europa Press, se compara la diferencia de las cuotas de IBI entre 2018 y 2023 para viviendas con un valor catastral de 100.000 euros, situando a Palma (95 euros menos), Barcelona (90 menos) y Oviedo (86 menos) como las que más han recortado ese impuesto.
Les siguen Ciudad Real (80 euros menos), Santander (59 menos), Madrid (54 menos) y Zaragoza (53 menos). En concreto, de las 46 capitales de provincia analizadas, en 24 ha disminuido y en 14 de ellas no se ha modificado la cuota.
Por contra, el recibo de IBI ha subido en Girona (98 euros más), Jaén (50 más), Ávila (43 más), Cáceres (30 más), Soria (24 más), Lleida (24 más), Logroño (10 más) y Murcia (8 más) en comparación con antes del coronavirus.
“No encontramos un patrón de comportamiento en los municipios en cuanto a su estrategia fiscal en el IBI tras la pandemia, si bien podríamos afirmar que, generalizadamente, se ha mantenido o reducido el tipo impositivo en la mayoría de capitales de provincia”, se asegura el estudio.
Los datos reflejan que el pago de IBI para ese valor catastral en Santander o Zaragoza supuso 400 euros, mientras que en Girona se pagó 1.005 euros. Si el valor catastral fuera de 300.000 euros, la diferencia de cuotas fue de 1.815 euros.
En la misma línea, en el informe se plasma que mientras en Huelva se pagaba en 2018 unos 820 euros por una casa con valor catastral de 100.000 euros, en 2023 se abonaba por la misma 780 euros.