La jefa de la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH), María Isabel Salvador, ha celebrado este miércoles ante el Consejo de Seguridad de la ONU los recientes progresos políticos en el país a pesar de los altos niveles de “violencia indiscriminada” por parte de las pandillas, sumiendo a su población en una grave crisis humanitaria, y que ha llevado a la comunidad internacional a enviar una misión de seguridad liderada por Kenia, que ya ha mandado a 400 policías.
“Se han producido importantes cambios en Haití desde la última vez que informé a este Consejo, y me complace informar de que Haití está avanzando hacia el restablecimiento de las instituciones democráticas mediante la mejora de la seguridad y la celebración de elecciones creíbles. La instalación del Consejo Presidencial de Transición en abril y la designación de un primer ministro (Garry Conille) y un nuevo Gobierno, que juraron sus cargos el mes pasado, son claros indicios de progreso”, ha expresado Salvador.
En ese sentido, ha destacado la continuación de las obras en el aeropuerto de Puerto Príncipe, en la capital y principal ciudad afectada por la violencia, que además ha reanudado sus vuelos.
De igual forma, ha elogiado al nuevo Gobierno de transición por sus esfuerzos encaminados a aumentar la participación de las mujeres y otras minorías en la política de alto nivel, y es que seis de los 18 ministerios están dirigidos por mujeres.
Asimismo, la jefa de la BINUH ha instado a las autoridades ha dialogar y a incluir en el proceso de transición a organizaciones de la sociedad civil, a líderes comunitarios, a grupos de mujeres y de jóvenes para aportar una mayor inclusión en el proceso político, con el que la Misión sigue comprometida.
“La inclusión y la diversidad son esenciales para promover una transición política que allane el camino para la restauración de las instituciones del Estado y responda eficazmente a las necesidades y expectativas de todos los haitianos. Celebro también el compromiso y la dedicación del primer ministro y su Gobierno en su lucha contra la corrupción y a favor de los Derechos Humanos y la justicia”, ha añadido.
Salvador también ha explicado que “la corrupción tiene un efecto devastador en las instituciones públicas” y en su capacidad para “respetar, proteger y cumplir los Derechos Humanos”, especialmente de aquellos en situación de vulnerabilidad y marginación, y que la lucha contra la misma es una forma de combatir la impunidad, tras lo que ha recordado la próxima conmemoración del tercer aniversario de la muerte del presidente Jovenel Moise, para continuar “con el llamamiento para llevar ante la justicia a los responsables de este crimen atroz”.
VIOLENCIA INDISCRIMINADA
Pese a todo lo positivo, la jefa de la Misión ha recordado que aún existe unos “alarmantes niveles de violencia”, que se han extendido desde la capital a otras zonas del país, donde se han registrado violaciones y abusos contra los Derechos Humanos en “niveles alarmantemente altos”.
“La violencia indiscriminada de las bandas se ha extendido constantemente más allá de la capital a otras regiones del país. Los ataques recurrentes de las bandas desde el 29 de febrero han obstaculizado gravemente los esfuerzos nacionales e internacionales para acelerar el proceso de reclutamiento de nuevos agentes de Policía, y las tasas de desgaste en la Policía Nacional siguen siendo elevadas”, ha aseverado.
Entre los incidentes violentos registrados hay tiroteos masivos, asesinatos selectivos, violaciones colectivas, secuestros, incendios, saqueos de viviendas y negocios e incluso la destrucción de instalaciones como hospitales y escuelas; además, muchos ataques tienen como objetivo a niños, a defensores de Derechos Humanos, periodistas y miembros de la judicatura, de los que muchos han tenido que interrumpir su trabajo o huir del país.
Por último, ha informado de que la situación humanitaria ha seguido empeorando tras alcanzar los 578.000 desplazados internos, lo que supone un incremento del 60 por ciento desde marzo de 2024. “Los índices de violencia y abusos sexuales siguen siendo preocupantes. Solo el 20 por ciento de las instalaciones sanitarias funcionan con normalidad”, ha agregado.
Haití no tiene presidente desde que a principios de julio de 2021 un grupo de sujetos armados irrumpiera en su residencia oficial para asesinarlo. Poco después, Ariel Henry ascendió al puesto de primer ministro entre críticas y tras varios años de inestabilidad. En marzo de este año presentó su dimisión tras la oleada de violencia que sacudió la nación caribeña.
Desde entonces, se ha establecido un Consejo Presidencial de Transición de Haití, liderado por el que fuera máximo representante del Senado haitiano entre 1995 y 2000, Edgard Leblanc. Este ha elegido al ex primer ministro Garry Conille (2011-2012) como nuevo jefe de Gobierno de transición. El objetivo es cubrir temporalmente el vacío político en una etapa que debería concluir con la celebración de elecciones en 2026, una década después de los últimos comicios.