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La muerte de La Tota Santillán: la Policía Científica llegó al lugar y revelaron los primeros detalles

La noticia llegó como un golpe en el corazón del mundo del espectáculo. Daniel La Tota Santillán, el carismático conductor que durante décadas fue sinónimo de la música tropical en la televisión argentina, falleció a los 57 años. Su nombre verdadero, Ricardo Daniel Carías, quizá no resonaba tanto como su apodo, pero su figura era inconfundible para quienes alguna vez sintonizaron el clásico programa Pasión de Sábado. Fue allí donde se ganó el cariño del público, con su estilo desenfadado, su sonrisa siempre a flor de piel y esa energía inagotable que parecía acompañarlo en cada presentación.

Fue Juan Pablo Merlo, su abogado, quien confirmó la trágica noticia a Teleshow: “Lo encontraron muerto en su casa”, dijo el letrado con profunda tristeza. Castelar, al oeste del conurbano bonaerense, fue el escenario de este final inesperado. Allí vivía Daniel, rodeado de recuerdos y una vida marcada por momentos de luces y sombras. Padre de cuatro hijos, Daniela (36) y Leandro (34), fruto de su matrimonio de dos décadas con Mónica Faleroy, y los pequeños Camila (9) y Mía (7), hijas de su relación con Sol Fiasche, también había alcanzado la dicha de ser abuelo. Santino y Martina, de Daniela, y Elías, Leila, Tobías y Micaela, hijos de Leandro, le dieron seis nietos que llenaban sus días de alegría.

Pero la realidad detrás de las cámaras era otra. Según fuentes cercanas a la investigación, el drama comenzó este domingo, cuando amigos del conductor notaron algo extraño: hacía horas que no podían comunicarse con él. Fue entonces cuando decidieron actuar. La llegada de la policía a su domicilio confirmó lo peor. Daniel había fallecido. La escena que encontraron fue devastadora. Según las primeras pericias, Santillán se habría quitado la vida, y un incendio posterior en una parte de la casa, que luego se extinguió por sí solo, añadía más dolor al relato. “Aparentemente, estaba deprimido”, agregaron fuentes cercanas.

Los últimos años de la Tota Santillán estuvieron marcados por el desempleo y un diagnóstico de depresión y bipolaridad
Los últimos años de la Tota Santillán estuvieron marcados por el desempleo y un diagnóstico de depresión y bipolaridad

La noticia golpeó fuerte en el ambiente. Quienes lo conocían sabían que Daniel no pasaba por su mejor momento. A lo largo de su vida, había enfrentado numerosos desafíos personales, incluidos problemas de salud y episodios públicos de crisis emocional. Sin embargo, siempre se mostraba dispuesto a levantarse. Como cuando en 2021, en medio de un difícil proceso judicial y de salud, se mostró ante las cámaras diciendo: “Voy a volver a ser el de antes”. Pero esa promesa hoy se siente más como un lamento.

En medio de ese panorama, en las primeras horas de este lunes, la Policía Científica se hizo presente en el lugar, y tal como detallara el cronista Fabián Rubino desde allí, en móvil para el ciclo América Noticias: “Todo hace presumir de un corte en el sistema eléctrico por un artefacto. Muchos especulamos con el aire acondicionado”, explicó debido a las manchas que se encuentran en el artefacto.

Tras ello explicó que los peritos ingresaron apenas pasadas las 8 de la mañana a la vivienda, y según las primeras informaciones: “A la Tota la encontraron en un sillón, y según trascendió, con parte de su cuerpo quemado, por lo cual esto sumaría algún indicio de que podría haberse originado algún tipo de corto o de incendio y que lo podría haber afectado y causado la muerte”.

En una reciente charla en la que hizo una retrospectiva de su vida, el conductor había expresado que “hoy estoy bendecido, soy agradecido de que Dios esté conmigo, que me acompañe. Perdí muchos seres queridos. Lo único que quiero es tratar de recuperar la vida, el tiempo perdido, estar bien. Me siento en paz, podría estar muerto”.

Una mujer me dijo: ‘¿sabés que te quisiste tirar de un tercer piso por no ver a tus hijas?’. Fue así cuando me agarró el brote psicótico”, recordó, para luego referirse a las adicciones: “A la gordura, que la tuve, y me operé; al trabajo, yo trabajaba 16,17 horas. No me importaba. Y a veces te tiene que importar la familia. Darle un beso a una criatura, porque el tiempo pasa tan rápido. No podés no ver a tus nietos, a tus hijos”, concluyó Daniel La Tota Santillán, quien agregó que se encontraba solo por decisión suya: “Sufrí bastante”.

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