Hace unas semanas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentó su informe anual sobre estadísticas tributarias en América Latina y el Caribe, con la colaboración de varias entidades multilaterales. El documento analiza la situación fiscal de 27 países de la región, incluyendo un enfoque específico en Colombia.
En entrevista con El Tiempo, Sebastián Nieto Parra, jefe de Unidad para América Latina del Centro de Desarrollo de la OCDE, destacó que “la recaudación de impuestos en los países de América Latina y el Caribe al cierre de 2022 sigue estando más de 10 puntos porcentuales por debajo de los niveles que se observan en las naciones que integran la OCDE”.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
Específicamente, la recaudación en la región es del 21,5% del PIB, mientras que en los países miembros de la OCDE es del 34%. Aunque en 20 de los 26 países los ingresos públicos aumentaron en 2022, la pobreza continuó siendo mayor que antes de la pandemia en más de la mitad de los países latinoamericanos.
El informe también señala una estructura tributaria sesgada hacia los impuestos indirectos, como el IVA, y una dependencia significativa de los impuestos corporativos en comparación con las naciones más desarrolladas. Nieto Parra subraya que “si se trata de cumplir con las aspiraciones de los ciudadanos, sin duda se debe examinar en forma comprensiva cómo mejorar la eficiencia del gasto, pero también con qué recursos se cuenta”. Algunos países, como República Dominicana y Guatemala, todavía tienen una recaudación por debajo del 15% del PIB.
Para mejorar la progresividad y fomentar el emprendimiento, es esencial eliminar ciertas exenciones tributarias que benefician principalmente a personas naturales y aumentar la eficiencia de las administraciones tributarias. Nieto Parra menciona que en países de la OCDE, las personas reciben declaraciones de renta prellenadas, facilitando el proceso y mejorando la eficiencia.
En términos de propuestas, el informe sugiere la eliminación de algunas exenciones tributarias que favorecen a los ingresos altos y la necesidad de una mayor progresividad, dado que “lo que tributan las personas físicas equivale al 2% del PIB, una cuarta parte del promedio de la OCDE”.
En contraste, las empresas en la región contribuyen con el 4% del PIB, por encima del promedio de la OCDE. Nieto Parra también destaca la necesidad de desgravaciones para inversiones en bienes de capital y fomentos a la innovación, señalando que “los incentivos tributarios sectoriales muchas veces no han funcionado en América Latina”.
Además, se reconoce que la base tributaria es baja debido a la alta informalidad que afecta a la mitad de la población. No obstante, hay formas de mejorar la progresividad y aumentar la base tributaria. Uruguay, con sus avances en monotributos, y Chile, con su reforma en curso, son ejemplos positivos de reformas exitosas en la región.
En relación con la tributación global, la OCDE ha promovido consensos sobre una tasa mínima para empresas multinacionales, una iniciativa que ha sido respaldada por cerca de 140 países. Aunque la reforma tributaria de 2022 en Colombia no está reflejada en el informe, Nieto Parra señala que “en 2022 la recaudación de impuestos fue algo inferior al promedio”. La tributación de personas en Colombia es particularmente baja, mientras que la de empresas es relativamente alta.
El informe también aborda la sostenibilidad fiscal, destacando la importancia de hacer el gasto público más efectivo y focalizado, y de incentivar una mayor inversión productiva. En conclusión, aunque se han hecho avances significativos, “todavía tenemos una asignatura pendiente por el lado de la acción”, enfatiza Nieto Parra. La implementación efectiva de políticas es fundamental para avanzar hacia un contrato social inclusivo y sostenible en la región.