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La pequeña playa rodeada de acantilados y coronada por un castillo que es una de las más bonitas de Girona

En la comarca de la Selva, Lloret de Mar se alza como uno de los pueblos más bonitos de Girona. Esta villa, caracterizada por su gran tradición marinera, cuenta con un rico patrimonio histórico y cultural que permite descubrir sus rincones más singulares. Sin embargo, si por algo destaca es por su riqueza natural, pues se enclava entre playas paradisiacas y una imponente costa acantilada. Esto convierte a la localidad en un destino único en la Costa Brava, atrayendo a multitud de visitantes que buscan descubrir el azul intenso de sus bellas calas.

En este sentido, muy cerca del centro urbano de Lloret de Mar, se ubica la cala Sa Caleta, un pequeño arenal de aguas turquesas que maravilla con su belleza. Este enclave, menos conocido que las playas más populares de la Costa Brava, ofrece una experiencia única tanto para los visitantes que buscan tranquilidad como para aquellos interesados en el patrimonio cultural de la región.

Un paraje natural de ensueño

Sa Caleta se caracteriza por su entorno natural virgen, rodeado de acantilados escarpados y pinares que descienden hasta la orilla. Las aguas cristalinas, típicas del Mediterráneo, adquieren aquí un tono turquesa que contrasta con las rocas rojizas de los acantilados, creando un paisaje de gran belleza.

A diferencia de otras playas de Lloret de Mar, Sa Caleta mantiene un ambiente más tranquilo, aunque durante el periodo estival suele estar compartida por bañistas, sombrillas y embarcaciones. Así, a lo largo de sus 50 metros de longitud, el viajero puede disfrutar de un pequeño oasis que brinda una imagen de postal. Además, otro aspecto a destacar es su rico fondo marino, el cual es perfecto para la práctica de buceo o esnórquel.

Cala Sa Caleta, en Lloret de Mar (Turismo Costa Brava).
Cala Sa Caleta, en Lloret de Mar (Turismo Costa Brava).

Aunque sí algo llama la atención, es el castillo d’en Plaja. Esta fortaleza, incrustada sobre el promontorio que domina la cala, fue construida en la década de 1930 por el industrial Girona Narcís Plaja Martí. Aunque la estructura es relativamente moderna y no puede compararse con los castillos medievales de la región, su diseño evoca la arquitectura de épocas pasadas, con torres y almenas que parecen sacadas de un cuento de hadas. El castillo se ha convertido en un emblema de Lloret de Mar y ofrece una vista panorámica espectacular de la costa.

La historia de Sa Caleta, sin embargo, se remonta mucho más atrás en el tiempo. Durante la época romana, la cala y sus alrededores fueron un punto de intercambio comercial, como lo demuestran los restos arqueológicos encontrados en la zona. Aunque no se han realizado excavaciones extensivas, los hallazgos indican la presencia de una villa romana en las cercanías, lo que sugiere que Sa Caleta podría haber sido un pequeño puerto o un lugar de descanso para los navegantes de la época.

Cómo llegar

Sa Caleta se encuentra a al final del paseo que recorre la Playa Gran de Lloret de Mar, por lo que se puede llegar caminando. Sin embargo, cuenta con parking municipal a pocos metros, así como duchas y un chiringuito. Cabe destacar que la cala marca el inicio del camino de ronda en dirección Tossa de Mar, que conduce por diferentes calas y rincones como Cala de En Trons, Cala Canyelles o Cala Morisca. Para llegar hasta la playa desde Barcelona, el viaje es de alrededor de 1 hora y 10 minutos por la carretera C-32. Por su parte, desde Girona el trayecto tiene una duración estimada de 40 minutos por las vías A-2 y C-63.

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