Cuando Inés, participante de Survivor Expedición Robinson, se llevó una bolsa de arroz del campamento norte al campamento sur durante el intercambio de 24 horas, no esperaba que su acción desataría una tormenta. A su regreso, Malena y Fiorela la confrontaron frente a Marley y a la tribu sur, acusándola de mentir. Esta situación afectó emocionalmente a la joven, quien expresó su deseo de abandonar el programa al regresar a su campamento.
Malena, sobre ello, expresó ante uno de sus compañeros intentando encontrar un sentido a las acciones: “Ahora dice que se quiere ir, pero porque se dio cuenta de que ser la mala no funciona acá ni en ningún lado. Siendo tan pocas minas, y con la historia interesante que trae, podría haber sido de otra manera. Se perjudicó ella misma queriéndonos cagar a todos”.
Fue en ese punto en el que Inés destacó: “MI tiempo llegó a su final acá por el hecho de que no me quieren, entonces ya voy a tener votos definitivos hasta que me vaya, ya tengo una foto con dardos”, graficó sobre el pensamiento de sus compañeros. Sin embargo, Agustín Pérez trató de calmarla al explicarle que “yo no quiero que se vaya nadie, nos conviene a todos”, pero ella continuaba con sus sensaciones, al destacar que “yo puedo seguir dándolo todo, en los beneficios, en los desafíos, pero no tengo más ganas de matonería”.
Sin embargo, la trama se intensificó cuando la tribu norte se reunió para convencerla de permanecer en el programa. Cada miembro del campamento expresó su apoyo, pero fue Martín Colli quien con palabras de aliento logró que Inés reconsiderara su decisión y decidiera quedarse hasta la unificación de los campamentos. Por otro lado, Inés también aprovechó el momento para imponer límites a Malena, requiriendo que cesaran las actitudes que percibía como bullying.
Fue entonces que tanto la participante en el foco de la tensión como Male se juntaron a una charla en privado y allí, quien aduce que no la integran al grupo le aclaró: “Estoy hinchada las pelotas, yo en mi vida real me la paso hablando mierdas y siendo payasa, es como que soy el alma de la fiesta…. y acá no. Es una experiencia nueva que no sé cómo llevarla tampoco”.
Cabe recordar que todo se desencadenó luego de que durante el último desafío las reglas del juego exigieron que un participante de cada campamento intercambiara sus posiciones. En este contexto, Inés fue recibida por el Campamento Sur, donde expresó su desacuerdo con las dinámicas del Campamento Norte y su opinión de que debería haber comenzado la competencia junto al equipo amarillo debido a su mayor afinidad.
La controversial participante dejó en claro sus diferencias al manifestar en el programa: “Me parece que yo tendría que haber empezado acá y Giselle allá. Con eso te digo todo”, al afirmar la existencia de una enemistad insuperable dentro de su equipo. En un paso dramático, evidenció sin tapujos ante el equipo Sur las tensiones internas que están afectando al agrupamiento rojo.
También admitió estar consciente de que su presencia en el programa estaba en riesgo, al prever su eliminación en breve. Aun así, declaró con firmeza su intención de dejar una marca duradera: “Yo siento que no voy a llegar a la unificación, pero al menos voy a dejar mi huella acá en el Sur. Para que sepan qué es lo que les espera”.
El conflicto alcanzó su punto más alto cuando a su regreso al campamento original no pudo tolerar más las actitudes de su archienemiga Malena ni las de Fiorela, quien entre otras cosas le aclaró: “Te lo digo como una participante más, estás totalmente fuera de foco. Si se quiere, te estoy dando un consejo que es estar fuera de foco decirle a alguien ‘tené cuidado con cuatro personas’ cuando eso te vuelve”. Fue en ese punto cuando Malena no dudó en disparar: “Sos mala mina, boluda. Sos poco transparente, sos traidora”.