Las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han acusado este miércoles a Israel de “liquidar de forma deliberada” el sistema sanitario en Rafá y en el norte del enclave, antes de reclamar “corredores seguros” para entrada de ayuda sanitaria para la población.
“La ocupación israelí ha liquidado de forma deliberada el sistema sanitario en Rafá y en el norte”, ha dicho el portavoz del Ministerio de Sanidad gazatí, Ashraf al Qidra, quien ha subrayado que “no hay capacidad sanitaria para hacer frente a las sucesivas masacres en Rafá y el norte de Gaza”.
Así, ha destacado que “la ocupación israelí engaña al mundo al decir que la zona de Al Mauasi es segura y ha cometido horribles masacres allí”, al tiempo que ha pedido “el fin de las amenazas israelíes a las instituciones y equipos médicos” por parte del Ejército de Israel.
“Solicitamos la entrada de hospitales de campaña y equipos médicos a Rafá y el norte de Gaza”, ha dicho, al tiempo que ha reiterado la necesidad de garantizar el establecimiento de “corredores seguros” para la “entrada inmediata” de ayuda sanitaria y combustible para garantizar las operaciones médicas.
Por otra parte, el Ministerio de Sanidad palestino ha señalado en otro comunicado en su cuenta en Telegram que los pacientes y los trabajadores sanitarios hacen frente a “graves dificultades” para llegar a la Maternidad de la Media Luna Roja Emiratí ante los “constantes ataques” contra la ciudad.
Las autoridades gazatíes ya denunciaron el martes que un hospital de campaña y una clínica de la ciudad de Rafá habían quedado quedado “fuera de servicio” a causa de la “bárbara incursión israelí” en la ciudad, que ha provocado la huida de cerca de un millón de palestinos, la mayoría de ellos ya previamente desplazados desde otros puntos del enclave.
La escasez de centros médicos supone una amenaza para la salud de los palestinos enfermos y heridos a causa de los ataques israelíes, incluido el ejecutado a última hora del domingo contra un campamento de desplazados en Rafá, suceso que se saldó con al menos 45 muertos y cerca de 250 heridos, según las autoridades gazatíes.
Israel lanzó su ofensiva contra Rafá el 6 de mayo, poco después de rechazar una propuesta de alto el fuego presentada por Egipto y Qatar que había recibido el respaldo de Hamás, lo que supuso la suspensión de operaciones humanitarias a través del paso fronterizo. Las tensiones han ido al alza desde entonces debido al recrudecimiento de la ofensiva israelí a pesar de los llamamientos internacionales y de una orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que detenga sus ataques.