En la última década, los avances tecnológicos en los teléfonos inteligentes han transformado la manera en que interactuamos con estos dispositivos, incrementando su rendimiento, capacidad de procesamiento y calidad de pantalla. Sin embargo, uno de los mayores retos a los que se han enfrentado los fabricantes ha sido mejorar la autonomía de las baterías, una necesidad fundamental para los usuarios que dependen de sus móviles durante largas jornadas.
Ahora, una nueva tecnología está entrando en escena: las baterías de silicio-carbono, que prometen cambiar las reglas del juego. Algunas marcas ya la están usando, permitiendo que los usuarios tengan que cargar menos su celular.
Qué son las baterías de silicio-carbono
Las baterías de silicio-carbono representan una evolución respecto a las tradicionales baterías de iones de litio. Estas últimas han sido el estándar en la industria durante años, utilizadas tanto en celulares como en dispositivos electrónicos portátiles.
Las baterías de iones de litio funcionan con un ánodo de grafito, que permite la reacción química necesaria para almacenar y liberar energía. Sin embargo, a pesar de los avances en optimización, este tipo de baterías tiene un límite teórico en su capacidad de almacenamiento energético.
Aquí es donde entra en juego el silicio. En lugar del grafito utilizado en el ánodo de las baterías de litio, las nuevas baterías emplean silicio, lo que permite una mayor densidad energética. En términos sencillos, el silicio puede almacenar hasta 10 veces más iones de litio que el grafito, lo que significa que se puede almacenar más energía en el mismo espacio.
Esta capacidad teórica, que puede llegar a los 3.579 mAh/g, supera ampliamente la de las baterías de litio, que están limitadas a 372 mAh/g.
Aunque el uso de baterías de silicio-carbono en teléfonos móviles es relativamente reciente, esta tecnología tiene sus raíces en la industria de los autos eléctricos. Tesla, una de las empresas pioneras en este campo, introdujo por primera vez las baterías de silicio-carbono en su Model 3 en 2016.
La necesidad de almacenar grandes cantidades de energía en un espacio limitado llevó a los fabricantes de autos eléctricos a explorar esta tecnología, que ahora ha comenzado a aplicarse en dispositivos más pequeños, como los teléfonos móviles.
La incorporación de esta tecnología en celulares permite a los fabricantes aumentar la capacidad de las baterías sin sacrificar el diseño delgado y elegante que los consumidores esperan. Además, las baterías de silicio-carbono toleran mejor el calor, lo que las hace menos propensas a la degradación por sobrecalentamiento, un problema común en las baterías de iones de litio.
Cómo estas baterías mejoran en el rendimiento y la autonomía
Una de las principales ventajas de las baterías de silicio-carbono es su mayor densidad energética, lo que se traduce en una mejora considerable en la autonomía de los dispositivos. Según varios informes, estas baterías pueden aumentar la capacidad energética entre un 20% y un 40%, permitiendo que los teléfonos ofrezcan más horas de uso sin aumentar su tamaño.
Por ejemplo, el Honor Magic 5 Pro, uno de los primeros dispositivos en incorporar una batería de silicio-carbono, tiene una versión para el mercado chino con una capacidad de 5.450 mAh, comparada con los 5.100 mAh de su versión internacional con batería de iones de litio, pero ocupando el mismo espacio. Esto representa una mejora sustancial en términos de autonomía.
Además de ofrecer una mayor capacidad, estas baterías también tienen la ventaja de reducir los tiempos de carga. Al poder almacenar más energía en menos tiempo, permiten una carga rápida más eficiente, lo que resulta crucial para los usuarios que dependen de sus dispositivos a lo largo del día.
El futuro de las baterías de silicio-carbono parece prometedor. Actualmente, ya estamos viendo celulares con capacidades cercanas a los 6.000 mAh, y es probable que este sea el nuevo estándar en los próximos años, especialmente en dispositivos con pantallas de 6,5 pulgadas o más.
Un ejemplo de ello es el OnePlus Ace 3 Pro, que incorpora una batería de 6.100 mAh, una capacidad inédita en un smartphone de grosor estándar. Si bien las baterías de iones de litio han alcanzado capacidades similares, la tecnología de silicio-carbono permite lograr estas cifras de manera más eficiente, con tiempos de carga más cortos y mejor rendimiento a largo plazo.