Las materias primas son una de las clases de activos más volátiles del mercado, con una volatilidad anualizada del 18% en la última década, frente al 5% de los bonos o el 7% de las divisas. Por ello, en ellas son habituales las subidas de precio vertiginosas, como las que se están produciendo ahora en el oro y en el cacao, lo que ha disparado el coste del chocolate.
Los mayas y los aztecas llamaban al chocolate el ‘manjar de los dioses’ y le daban tanto valor que lo utilizaban como moneda de cambio, por lo que su consumo no estaba al alcance de todos. Algo parecido puede pasar ahora. Este producto celebró el pasado viernes su día mundial a un precio prohibitivo, tras subir un 17% en lo que va de año. Comprar una tableta de chocolate se empieza a convertir en un ‘lujo’, por lo que su consumo medio en España, que hasta ahora era de 5,5 kilos por persona y año, tiene todos los visos de reducirse.
Uno de los principales catalizadores de esta subida de precio ha sido el encarecimiento del cacao, su principal ingrediente, que entre enero y abril de este año protagonizó una escalada del 130%, hasta situarlo en máximos históricos al alcanzar los 10.000 dólares la tonelada a cierre de abril, cuando 12 meses antes cotizaba a 2.900 dólares. Tras una ligera caída de su precio, ha vuelto a remontar hasta colocar la tonelada a principios de agosto en 6.165 euros, un 64,5 % más que el precio de hace un año.
Un déficit de 462.000 toneladas
La subida del cacao, y a su rebufo la del chocolate, ha estado motivada por los problemas climáticos generados por el fenómeno climático de El Niño, por las malas cosechas en la principal región productora, África Occidental, y por el escaso aumento de su producción en otras áreas en las que se cultiva. A todo ello se suma cierta inestabilidad política en los países productores y la especulación alrededor del producto, que continúa vigente.
Según calcula la Organización Internacional del Cacao, existe un déficit de oferta de cacao superior a las 462.000 toneladas en 2024, con unas existencias totales de fin de campaña de 1,3 millones de toneladas, lo que da como resultado una relación entre existencias y demanda para molienda industrial de granos del 27,9%, la más baja de los últimos 45 años.
Todos estos factores provocan que los precios del chocolate sigan subiendo a medida que se reducen las existencias de cacao a bajo precio, como ya lo han notado los consumidores después de que los fabricantes y los distribuidores de chocolate hayan empezado a repercutirles los costes más elevados del cacao.
La onza de oro se paga más cara que nunca, a 2.570 dólares
El oro también ha disparado su precio hasta superar, el pasado viernes 13 de septiembre, sus máximos históricos y alcanzar los 2.570 dólares la onza, después de que el Banco Central Europeo (BCE) bajara los tipos de interés un cuarto de punto. Y es que “el oro siempre se ha visto favorecido por un entorno macroeconómico de tipos de interés bajos”, apunta Felipe Fernández, analista de mercados.
Otros de los factores que lo han encarecido han sido la debilidad del dólar y la caída de los rendimientos de los bonos. En opinión de Sergio Ávila, analista senior de IG, “este notable ascenso del oro se da en medio de crecientes expectativas de una intervención más agresiva por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, que podría recortar las tasas de interés en su próxima reunión”. El experto incide en que los inversores están atentos a estos movimientos, buscando proteger su capital en activos seguros como el oro, que históricamente ha funcionado como refugio en periodos de incertidumbre económica.
Una incertidumbre que se da ahora en un contexto económico global con señales de debilidad en las principales economías y la posibilidad de una relajación monetaria, lo que ha hecho que el oro se consolide como una opción de refugio para los inversores. En los últimos cinco años, el oro se ha revalorizado un 60%.
Los bancos centrales tienen hambre de oro
No solo los inversores particulares compran oro, también los bancos centrales han redoblado su apuesta por él, y esta demanda ha aumentado su precio. Han sido compradores constantes de oro desde 2010, período en el que añadieron más de 7.800 toneladas a sus reservas. Esta demanda ha sido especialmente fuerte en los últimos años, sobre todo en 2022, cuando se batieron récords, y en 2023.
Así, aunque el Banco Popular de China pausó a principios de este año su compra de oro por primera vez en 18 meses, la demanda agregada llevada a cabo por los bancos centrales en la primera mitad de 2024 fue la más alta jamás registrada para un primer semestre.
Chris Mahoney, responsable de inversiones en oro y plata de Jupiter AM, argumenta que “el movimiento hacia el oro demuestra que los bancos centrales reconocen que ofrece una reserva de riqueza independiente de cualquier Gobierno u otro banco central”.
Los analistas auguran que el oro seguirá subiendo, y más cuando la semana que viene la Fed baje el precio del dinero. A juicio de Mahoney, “las expectativas de tipos de interés más bajos traen consigo un precio del oro más alto, por lo que el cambio inminente en la política de la Fed es positivo para el oro”.