El 27 de enero de 2024, Xavi Hernández anunciaba, tras perder 3-5 contra el Villarreal en LaLiga, que abandonaría el banquillo del FC Barcelona el 30 de junio: “Creo que liberará a los jugadores y destensará la situación general del club […] Fui una solución hace dos años y tres meses, pero ahora, pensando con el corazón y pensando en el club, para el que quiero lo mejor, lo mejor es que lo deje […] Es la sensación de que el club va a mejorar con nuestra marcha”.
Todos parecían estar convencidos de la decisión, que sumada a los fracasos del Barça, tanto en la competición doméstica como en Champions -eliminados por el Paris Saint-Germain-, alimentaban el abandono del técnico. Resonaban nombres como posibles sustitutos para Xavi, pero es cierto que, la situación económica del club limitaba el acceso a entrenadores de la alta esfera, por lo que ningún candidato postulaba como favorito. Todo quedaba en el aire.
Te puede interesar: Laporta despide a Xavi Hernández como entrenador del Barcelona
La verdadera sorpresa no fue la decisión de Xavi en enero, sino cuando el pasado 25 de abril, Joan Laporta y Xavi dieron una rueda de prensa conjunta para anunciar la nueva decisión que habían tomado: “Necesitan una referencia como Xavi en el vestuario. Ha habido unanimidad en la Junta Directiva para que siguiese […] Con Xavi, siempre tuve ganas desde el primer momento de que siguiese. Él representa estabilidad para el proyecto, y esto es una de las claves del éxito, sin duda”. “Rectificar es de sabios y no tengo problema. Nunca fue un tema de ego ni de dinero”, le siguió el exjugador culé.
Las palabras que terminaron de condenar a Xavi
Laporta aseguraba en abril que el proyecto no estaba acabado y que todavía podía ser ganador, sin embargo, los resultados en la recta final de la temporada no eran los esperados. Las alarmas se volvieron a encender el pasado mes de mayo, cuando RAC1 adelantó que el presidente del club habría tomado la decisión de destituir Xavi. En menos de un mes, otro giro dramático en el banquillo blaugrana, que en esta temporada no ha terminado de encontrarse.
Sin embargo, en estos momentos la decisión poco tenía que ver con resultados en los partidos. Al parecer, habrían sido las palabras del técnico español en la previa del partido contra el Almería las que habrían hecho estallar a Laporta. Una de las cosas que no gustaron al dirigente de la entidad fue el tono pesimista con respecto a la competitividad futura del Barça y la imposibilidad de fichar como antaño. “Vamos a intentar competir (con el Madrid). La situación es difícil a nivel económico, que no tiene nada que ver con 25 años atrás. Ahora no estamos en las mismas condiciones con clubs con mejor fair play. El aficionado debe saberlo. No quiere decir que no intentemos lograr los objetivos”, expuso primero.
“El aficionado barcelonista debe entender que la situación es muy complicada para competir económicamente. No tiene nada que ver con la que teníamos 25 años atrás. El entrenador venía y decía ‘quiero a este, este y este’. Ya no funciona así. Yo lo entiendo y así nos vamos a ajustar a ello. Eso no significa que no vayamos a competir. Necesitamos estabilidad y tiempo. Hay cosas buenas para competir”, añadía Xavi. Detectarse una cierta crítica a las circunstancias con las que debe convivir y trabajar, cuando esta no se habría transmitido de puertas para dentro, habría sabido a cuerno quemado a la cúpula barcelonista. Empezando por el presidente.
Tampoco ayudarían una supuesta poca voluntad para implantar cambios en su método y la tirantez con el director deportivo, Deco. Con la segunda plaza adjudicada en LaLiga, el Barcelona ha comunicado este viernes que el partido del domingo ante el Sevilla será el último que dirija Xavi como entrenador del club. En las próximas semanas, se conocerá la reestructuración de la entidad y el elegido para sustituir al exjugador culé.