Desde Córdoba Capital— Los gobernadores de Córdoba, Martín Llaryora, y San Juan, Marcelo Orrego, aseguraron en reuniones con empresarios y representantes de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), que los senadores nacionales por sus provincias votarán a favor de la ley Bases y en particular del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que el sector minero considera clave para destrabar inversiones de miles de millones de dólares, en especial en proyectos de cobre.
Anoche, al cerrar la cena con que la CAEM celebró el Día de la Minería, Llaryora explicó que si bien el RIGI, que tiene una serie de beneficios fiscales, cambiarios y de comercio exterior para proyectos de más de USD 200 millones, “no es para Córdoba”, pues la provincia no tiene proyectos mineros de ese calibre, sí se beneficiará con el avance de las grandes inversiones y la recuperación económica del país. Además, pidió a las grandes mineras metalíferas que “abran la puerta” a la industria metalúrgica cordobesa porque -aseguró- puede proveerla perfectamente de bienes e insumos que necesitan.
“El RIGI es fundamental” dijo por su parte Orrego, quien calificó a la minería como una “locomotora” que en San Juan provee 20.000 empleos directos e indirectos. La provincia, subrayó, alberga 5 de los 8 proyectos de cobre más grandes y avanzados del país. En el marco de la “transición energética ” global, afirmó, “el litio es táctico, pero el cobre es estratégico “.
“El RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones) es fundamental” (Orrego)
El partido de Llaryora controla solo 1 de los 3 votos de los senadores cordobeses, el de la senadora María Alejandra Vigo (esposa del exgobernador, Juan Schiaretti), pero los otros 2 (Luis Juez y Cármen Alvarez Rivero, ambos del PRO) están asegurados. Parecido es el caso de Orrego en San Juan: controla solo 1 de los votos de los senadores nacionales por su provincia, pero descuenta que los otros 2 votarán también a favor, a sabiendas de que el RIGI, contenido en la ley Bases, es fundamental para su provincia.
En la tenida, a la que también asistieron los embajadores de Canadá y Perú, habló por primera vez en público el secretario de Minería, Luis Lucero, quien recordó que el presidente Javier Milei considera a la minería un “eje fundamental” para la recuperación económica.
Según Lucero, la minería argentina está frente a una “oportunidad histórica”, porque hay un “clima de época” más favorable al sector y la transición energética le abre una “ventana de oportunidad”. El funcionario fue más allá e incluso postuló que quienes prohíben o impiden la minería “se hagan cargo” del daño económico que causan y cerró su discurso parafraseando al filósofo español José Ortega y Gasset y arengando “mineros argentinos, a las cosas”.
Según los empresarios mineros, para ir más “a las cosas”, se necesita una macroeconomía sana, respetar las reglas de juego y levantar el cepo cambiario. Pero el gobierno -más allá de las declaraciones de intención- acaba de dar pasos hacia el otro lado al imponer el impuesto PAIS al giro de dividendos. Roberto Cacciola, presidente de CAEM además, listó como problema el “atraso cambiario” en el que vuelve a incurrir la política económica argentina.
Cacciola justificó la elección de Córdoba para celebrar el Día de la Minería por la importancia de la provincia en la llamada minería de segunda y tercera categoría, que incluyen a minerales industriales y rocas de aplicación, fundamentales para el desarrollo y la infraestructura del país , y por ser la provincia elegida para la firma del “Pacto de Mayo” que -dijo- “esperamos que tenga éxito”.
En un aparte con periodistas, Michael Medding, vicepresidente de Mc Ewen Copper, que en la Argentina tiene “Los Azules”, un proyecto cuprífero al que se asoció la automotriz Stellantis, sumado a los otros proyectos grandes de cobre, podrían invertir unos USD 20.000 millones en los próximos 10 años y exportar unos USD 10.000 millones anuales a partir de operaciones que empezarían a producir en 2029. El RIGI, dijo, haría más atractiva la inversión en el país en un sector que por escala requiere financiamiento internacional.
Los Azules, proyecto al que Stellantis (que nuclea a Fiat, Chrysler y Citroen) ya aportó USD 265 millones de financiamiento, no producirá concentrado, sino directamente 155.000 toneladas anuales de cátodos de cobre, suficientes para cubrir las 20.000 Toneladas anuales que importa la industria automotriz local y dejar un saldo exportable que permita a la Argentina subirse a la onda mundial de la electromovilidad.
Facundo Huidobro, de Minera Mansfield, que desde 2021 produce, en el yacimiento aurífero Lindero, en Salta, unas 100.000 onzas anuales de oro, dijo que el proyecto contempla entre 10 y 12 años más de producción plena y finalmente un período gradual de 6 años de “cierre de mina”. Mansfield, subsidiaria de la canadiense Fortuna Silver, que también tiene operaciones en Perú, México, Burkina Faso y Senegal, está construyendo el parque solar más grande de la Argentina, que le permitirá reducir enormemente su “huella de carbono” y hacer un “oro más verde”, dijo Huidobro, y advirtió que para mantener la producción aurífera a largo plazo se necesita “aumentar la exploración, que se cumpla la ley y que las reglas de juego traspasen los ciclos electorales”.
Más allá del clima positivo, en los corrillos de la tenida minera hubo comentarios sobre una incipiente ola de reducciones de personal en operaciones litíferas ya en marcha, aunque los proyectos en desarrollo siguen adelante y se prevé que hacia fines de la década la Argentina podría alcanzar una producción de cercana a las 250.000 toneladas anuales de carbonato de litio y posicionarse como el tercer productor mundial del mineral.
Durante la jornada, hubo una visita a la cantera Diquecito, donde su presidente, José Díaz, y Hernán Soneiro, Gerente Comercial de la vecina Cantesur, pintaron la situación que viven la minería industrial y la de roca y áridos, de las que Córdoba es una potencia a nivel nacional y abastece a todo el centro del país.
La cordobesa es “la minería que no se ve”, dijo Díaz, pero es clave en el desarrollo de un país y está estrechamente a su infraestructura económica y social -desde las viviendas privadas hasta rutas, diques, escuelas y hospitales, puertos y redes cloacales. y al crecimiento de la economía. China, precisó Soneiro, consume unas 16 toneladas de rocas y áridos por habitante anuales, Canadá y EEUU 11 toneladas, los países de Europa Occidental 7 y la Argentina actualmente 1,4 toneladas por habitante año, después de haber llegado a un máximo de 3 en 2017. Soneiro precisó además que el esquema de participación público-privada para financiar obra pública que preconiza el gobierno tiene sus límites y que permitiría financiar un porcentaje menor, en torno del 20%, de la obra pública que necesita el país.
En cuanto a producción, a nivel mundial la marca es de 41.000 millones de toneladas al año, de los cuales 135 millones se pican en la Argentina. De Córdoba proviene 20% de los áridos y rocas de aplicación del país, con unas 230 empresas, más del 90% familiares, de las cuales 85% están asociadas a Cemincor, la Cámara Minera de la Provincia. Con solo 3.000 hectáreas afectadas, equivalente al 0,19% del bosque serrano provincial, las piedras y cales cordobesas son los cimientos de buena parte de la infraestructura del centro y norte argentino y dan trabajo al 11% de la mano de obra minera nacional.
Un kilómetro de autopista demanda entre 20.000 y 30.000 toneladas de piedra e implica la carga de más de 1.000 camiones. Pero a diferencia de la cotización de los metales como el oro, la plata, el cobre o el litio, que cotizan en dólares, una toneladas de roca o áridos vale entre 15.000 y 20.000 pesos, lo que explica también que, por peso y valor, se trate de un sector que prácticamente no exporta, salvo las cales que desde la región cuyana se exportan a Chile, que las usa en la producción de cobre, mineral del que -de mantenerse la cotización actual de USD 10.000 la tonelada, puede exportar unos USD 56.000 millones anuales, de un solo mineral, que extrae de la cordillera que comparte con la Argentina.
De todos modos, la minería de roca y minerales industriales pena para importar maquinaria muy parecida a la que usa la minería metalífera, aunque de menor porte. Por caso, una excavadora en una operación metalífera pesa unas 80 toneladas y en una operación de roca, 50 toneladas, y en una obra rutera unas 20 toneladas.
Se trata de un sector golpeado por la caída de la Obra Pública, aunque Díaz y Soneiro reconocieron que buena parte de la obra pública a la que abastecen es provincial. A diferencia de la minería metalífera o “gran minería”, la de roca, como en Córdoba, no está cuestionada por cuestiones como el uso de cianuro o el exceso del consumo de agua, sino por su cercanía a grandes centros urbanos y a la falta de ordenamiento territorial. “Acá se trata de los vecinos”, explicó Soneiro.
Gustavo Mosconi, geólogo y asesor de Diquecito, explicó que debido al desarrollo urbano cordobés, asentamientos y barrios cerrados se fueron acercando tanto a la cantera que ahora, antes de cada voladura, no solo deben tener en cuenta día y hora, sino también la dirección del viento y cuestiones como la humedad, para afectar lo menos posible a los poblados más cercanos.
Una diferencia fundamental entre la minería metalífera y la de roca, explicó, es que mientras la primera incluye transformaciones químicas, la minería de roca consiste en la transformación física, de la roca, desde la voladura y la transformación de los bloques de roca en partes sucesivamente más pequeñas.
Las diferencias de escala entre la primera “de primera categoría”, que abarca a metales como oro, plata, cobre y litio, y las de roca es gigantesca. En un recorrido por la cantera, Mosconi precisó a Infobae que una cantera como Diquecito mueve en un mes el volumen de material que una obra de cobre, oro o plata mueven en en un día. Y para dimensionar aún más claramente la diferencia contó que la licitación para la construcción del proyecto de cobre “Mara”, uno de los 8 grandes que hay en el país, es por 18,5 millones de metros cúbicos de áridos y roca, simplemente para hacer la infraestructura de caminos y construcciones necesarias para llegar a la etapa de “destape” e inicio de la producción de cobre. Esos 18,5 millones de m3 de áridos y roca, un volumen equivalente a cerca de 36 años de actividad en Diquecito.
De ese tipo de relaciones y encadenamientos es donde el gobernador cordobés, Martín Llaryora, deduce que el RIGI será, a mediano plazo, también beneficioso para Córdoba.
Por la noche, en su discurso en la cena minera, Alejandra Cardona, directora ejecutiva de la CAEM, recordó que el Obelisco porteño y el Congreso de la Nación están construidos con mármoles de La Calera, Córdoba. El monumento del centro porteño tiene incluso 1.360 kilos de cuarzo cordobés. La minería industrial de la provincia, señaló Cardona, también provee al país de plásticos, cerámica, pinturas, productos farmaceúticos.