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Más del 40% de las mujeres mayores solteras viven en la pobreza en Japón

Una encuesta reciente ha mostrado que el 44,1 por ciento de las mujeres japonesas solteras de 65 años o más viven en la pobreza, una tasa mucho más alta que la de los hombres mayores solteros.

El nivel de pobreza es tan grave como el de los hogares monoparentales en edad de trabajar, que asciende al 44,5 por ciento, ha informado el periódico ‘The Asahi Shimbun’.

La encuesta ha sido publicada por Aya Abe, profesora de la Universidad Metropolitana de Tokio que investiga cuestiones de pobreza en la que ha recopilado los datos basándose en la encuesta exhaustiva sobre las condiciones de vida en 2021 del Ministerio de Bienestar Social.

“Las normas sociales que suponen que las mujeres reciben el apoyo de los hombres han llevado a un sistema que no considera a las mujeres que viven solas, y persisten incluso hoy”, ha asegurado Abe y ha añadido que “la atención sobre la ‘pobreza de las mujeres’ a menudo se centra en las mujeres jóvenes y las madres solteras. Las políticas también giran en torno a la manutención de los hijos y no apoyan esencialmente a las mujeres”.

Las personas mayores a menudo enfrentan una disminución de sus ingresos o carecen de ellos debido a la jubilación, lo que hace que tanto hombres como mujeres sean vulnerables a la pobreza.

Los hogares unipersonales también tienen más probabilidades de caer en la pobreza que los hogares formados por parejas casadas, en los que al menos uno de los miembros de la pareja es un asalariado o un beneficiario de una pensión, sin embargo, existe una disparidad entre los géneros: la tasa de pobreza entre los hombres solteros de edad avanzada es del 30 por ciento, 14,1 puntos menos que la de las mujeres solteras de edad avanzada.

La tasa de pobreza varía entre las mujeres de edad avanzada según su estado civil. La tasa es del 13,5 por ciento para las mujeres casadas, salta al 43,1 por ciento para las mujeres solteras y al 43,6 por ciento para las divorciadas. La tasa para las viudas es del 32 por ciento.

Esto sugiere un mayor riesgo de pobreza para las mujeres que no están casadas, pero en el caso de las viudas pueden recibir algún apoyo de las pensiones familiares en duelo.

La tasa de pobreza relativa, adoptada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), indica un estado en el que las personas no pueden permitirse el nivel de vida que disfruta la mayoría de la gente en la sociedad, pero el indicador no tiene en cuenta activos ni beneficios en especie.

Según la encuesta de 2021 del Ministerio de Bienestar Social, la tasa de pobreza de Japón es del 15,4 por ciento, y la tasa de pobreza infantil es del 11,5 por ciento.

Otros datos publicados por el Ministerio del Interior, basados en la encuesta de ingresos y gastos familiares de 2019, mostraron que la tasa de pobreza relativa es del 35,1 por ciento para las mujeres solteras de 65 años o más y del 20,3 por ciento para los hombres del mismo grupo.

Según el censo nacional de 2020, hay aproximadamente 6,72 millones de hogares unipersonales de edad avanzada, de los cuales dos tercios son mujeres, o alrededor de 4,41 millones.

El Instituto Nacional de Investigación sobre Población y Seguridad Social estima que el número de mujeres solteras de edad avanzada alcanzará aproximadamente 5,4 millones en 2040, lo que sugiere la posibilidad de que empeore la pobreza en este grupo demográfico.

“¿ES MI CULPA?”

Una mujer desempleada de 77 años en Tokio vive sola en un apartamento de 50 años de antigüedad cuyo alquiler cuesta 30.000 yenes (186 euros) al mes.

No tenía ningún interés en casarse ni en tener hijos y decidió permanecer soltera. Trabajaba como empleada temporal para el Gobierno local en sus veinte, pero incapaz de ahorrar dinero debido a los bajos salarios, se mudó a Tokio con 30 años.

Después de trabajar a tiempo parcial, se convirtió en empleada de tiempo completo en una pastelería de larga trayectoria, en la que se encargaba de la atención al cliente y las ventas y a cargo de la gestión de la tienda. Su salario mensual oscilaba entre 150.000 y 180.000 yenes.

Aunque ganaba menos que los hombres que trabajaban en ventas o en una fábrica, no estaba insatisfecha y trabajó hasta su jubilación a jornada completa y luego otros tres años a tiempo parcial.

Al terminar tenía alrededor de seis millones de yenes (unos 37.000 euros) en ahorros y creía vagamente que podría vivir de su pensión y sus ahorros, pero su pensión solo alcanzaba los 90.000 yenes (unos 600 euros) al mes y dado que su alquiler era de 60.000 yenes (unos 370 euros), tuvo que echar mano de sus ahorros para llegar a fin de mes.

Tras cumplir los 70 años, sus ahorros casi se agotaron, por lo que tuvo que mudarse a su apartamento actual hace unos tres años, en el que no utiliza el aire acondicionado para ahorrar en servicios públicos. En verano, se coloca bolsas de hielo debajo de las axilas y en invierno, se pone almohadillas térmicas en la espalda.

Todos los días visita supermercados y mercados de agricultores, buscando incluso los más mínimos descuentos en verduras y alimentos preparados, pero las subidas de precios han pasado factura y a finales del año pasado tuvo que hacer cola para recibir ayuda alimentaria por primera vez.

“Nunca pensé que terminaría así. ¿Es mi culpa?”, se pregunta en unas declaraciones recogidas por el diario anteriormente citado.

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