Es habitual que muchas mujeres demoren o eviten la consulta ginecológica por temor o incomodidad, lo que puede derivar en complicaciones de salud más graves. Si la experiencia en el consultorio es más amigable, será más fácil romper con los tabúes, promover la prevención y llegar al diagnóstico temprano para tratar a tiempo dolencias o enfermedades.
Ante esa realidad que vive gran parte de la población femenina, y en especial los sectores más vulnerables, el Hospital General de Agudos Cosme Argerich de La Boca inauguró este año un centro de prácticas ambulatorias para la atención específica de patologías ginecológicas benignas y malignas.
Destinado íntegramente a la salud ginecológica de la mujer, es la primera unidad médica de referencia para el diagnóstico y el tratamiento de esta especialidad en la red de salud pública porteña
Al brindar atención ambulatoria con intervenciones mínimamente invasivas permite disminuir los tiempos de internación y el uso de anestesia, lo que redunda en menos tiempo de espera para la asignación de turnos quirúrgicos.
En otras palabras, al concentrar las prácticas ginecológicas en un centro especializado, se descomprimen los quirófanos del resto del hospital, destinados al tratamiento de otras enfermedades o urgencias.
La nueva unidad, que cuenta con dos quirófanos y una sala de recuperación, es atendida por 10 especialistas en ginecología, cuatro enfermeros y dos instrumentadores quirúrgicos, indicaron a Infobae desde el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires.
La doctora Jéssica Levy, jefa del Servicio de Ginecología del Hospital Argerich, explicó a Infobae que el objetivo del centro de prácticas ambulatorias es “el tratamiento integral de la patología ginecológica frecuente. Enfocado en procedimientos mínimamente invasivos, que antes de la puesta en marcha de esta iniciativa, requerían de disponibilidad de turnos quirúrgicos y de anestesia general”.
Un concepto clave en todo esto es la medicina preventiva, un abordaje que implica crear un terreno propicio para que las pacientes consulten por condiciones que suelen ser tabú o que quizás les generan vergüenza.
Temas que las mujeres muchas veces solo hablan con amigas o familiares, pero que requieren un abordaje médico. Ya sean problemas de salud ginecológicos o dolencias que afectan su calidad de vida cotidiana, desde síntomas de la menopausia, incontinencia urinaria o aspectos vinculados a la sexualidad.
“Las pacientes se animan a consultar por problemas de salud que antes quedaban relegados, quizás por pudor o por barreras como el tiempo de recuperación, la complejidad de los procedimientos o la incomodidad de hablar de temas íntimos”, señaló la doctora Levy.
La jefa de Ginecología del Argerich remarcó que toda consulta de manera temprana tiene un impacto significativo en la prevención, ya que “permite anticipar problemas de salud y generar un campo de acción más amplio y efectivo para el tratamiento”.
En mayo, cuando se inauguró el centro, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, visitó las instalaciones en el Hospital Argerich y sostuvo: “Nuestro sistema de salud es un orgullo, pero seguimos trabajando en fortalecerlo y hacerlo más sólido y con mejor atención. Aquí se van a hacer intervenciones ginecológicas que antes requerían un quirófano, la necesidad de un anestesiólogo y, por lo tanto, que la paciente quede internada. Ahora el tratamiento puede durar de 20 minutos a una hora, es absolutamente ambulatorio y no requiere de anestesia, y que, al rato, las pacientes pueden irse”.
En diálogo con Infobae la doctora Cintia Caramés, especialista en ginecología regenerativa e integrante del Servicio de Ginecología del Hospital Argerich señaló que, además, un centro especializado permite aplicar nuevas estrategias de medicina regenerativa.
Estas estrategias incluyen el uso de terapias para regenerar y reparar tejidos dañados, para restaurar su función y, además, mejorar la calidad de vida de las pacientes: “Un área clave es el tratamiento del síndrome genitourinario de la menopausia, que puede incluir sequedad vaginal, dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) y síntomas urinarios”, explicó.
“Desde la ginecología regenerativa y reparativa, incorporamos técnicas de bioestimulación y regeneración natural tanto para mejorar la salud vaginal y vulvar, como para el tratamiento de problemas de salud, como la incontinencia urinaria”, agregó la doctora Caramés.
La médica ginecóloga subrayó que al ofrecer prácticas mínimamente invasivas, las pacientes pueden reincorporarse rápidamente a su vida cotidiana y actividad laboral, sin grandes cicatrices físicas, ni las de haber pasado por un procedimiento quirúrgico que las aleje de su familia y su rutina.
Qué prácticas se realizan en el centro ambulatorio
- Histeroscopias diagnósticas y terapéuticas. La histeroscopia es una técnica que permite visualizar directamente el interior del útero mediante un endoscopio delgado. Este procedimiento se realiza de manera ambulatoria, minimizando el dolor y las molestias para la paciente. Las histeroscopias diagnósticas son esenciales para la detección y tratamiento temprano de anomalías uterinas como patología endometrial benigna y maligna, sangrado uterino anormal, pólipos, fibromas, adherencias y malformaciones congénitas.
- Diagnóstico y tratamiento de patología del tracto genital inferior. Incluye las infecciones del tracto genital, lesiones precancerosas del cuello uterino, y otras afecciones asociadas a la salud ginecológica. Los procedimientos utilizados para estas patologías permiten lograr tiempos de recuperación más rápidos. Se realizan biopsias de cuello uterino y tratamiento de lesiones vulvares asociadas a VPH (Virus del Papiloma Humano).
- Ginecología regenerativa. Reparación quirúrgica para restablecer la anatomía y funcionalidad de la vulva y la vagina.
- Piso Pelviano. Procedimientos para el estudio de uroginecología.
Al incorporar endoscopias ginecológicas y otros procedimientos ambulatorios que derivan, por ejemplo, en la resolución de pólipos y de sangrados uterinos anormales, se mejora la atención con soluciones que antes no eran posibles frente a la alta demanda de turnos quirúrgicos que habitualmente tiene un hospital de agudos.
“Las pacientes pasaban mucho tiempo esperando a que podamos ofrecerles lugar en el quirófano del hospital, debido a la gran demanda de otros procedimientos oncológicos o urgencias -precisó la doctora Caramés- sin embargo, una paciente con sangrado uterino anormal y anemia está igual de complicada que aquella con una patología severa, porque casi no puede levantarse para ir a trabajar o realizar las tareas cotidianas en su casa”.