El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se refirió a la decisión de Ecopetrol de desistir en la compra de CrownRock, una adquisición que permitiría a la empresa estatal aumentar su producción por medio del fracking, técnica que parte de la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o petróleo.
Luego de la intervención que hizo en el foro “Hay país, Colombia a 2050″, organizado por La República, el funcionario se refirió al negocio que habría beneficiado de gran manera a Ecopetrol. Según él, no debe haber discusión sobre riesgos financieros, porque Ecopetrol tiene otros negocios.
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“El tema de discusión fue más preciso: si nosotros estamos diciendo que no le vamos a apostar al fracking, ¿por qué Ecopetrol quiere apostar al fracking en otra parte?”, cuestionó.
Cómo era el negocio
La compra de CrownRock estaba dentro del proyecto Oslo, un plan interno de Ecopetrol que incluía la evaluación y posible adquisición de una participación en CrownRock por aproximadamente USD12.000 millones a precios del 10 de diciembre de 2023. Esta transacción podría haber permitido a la petrolera incrementar su producción total en un 5% para 2025, equivalente a 65.000 barriles diarios adicionales .
Bonilla, durante su intervención en el foro, destacó que la adquisición también habría incrementado las reservas recuperables de la empresa. Un documento interno de Ecopetrol respaldó su afirmación, por lo que se sugirió un impacto significativo en la capacidad de producción de la empresa. No obstante, sin el aporte de la cuenca del Pérmico, que utiliza el fracking para extraer recursos, se estima que la producción hubiera sido sólo de 660.000 barriles por día.
El rechazo de la compra de CrownRock está directamente relacionado con la actividad de fracking que hace la empresa estadounidense. El Gobierno nacional había expresado su postura desfavorable hacia esta técnica, a pesar de los estudios previos hechos durante la administración de Iván Duque.
Dependencia de los hidrocarburos
Ricardo Bonilla también detalló el desempeño de la economía colombiana entre 2004 y 2014. Explicó que este período se distingue por encontrarse entre dos recesiones: la de 1998 y la de 2020, desencadenada por la pandemia del covid-19.
Recordó que desde finales del siglo XX hasta ahora, Colombia vio una transición en sus productos primarios.
“El siglo XX fue de superioridad del café, y el siglo XXI ha sido petróleo y carbón”, agregó. Además, enfatizó que en ese entonces, el diagnóstico era que el país sería rico en hidrocarburos. En su discurso, el ministro detalló cómo los altos precios del carbón y el petróleo estimulan la exploración, sin lograr un aumento considerable en las reservas probadas.
“Lo que hemos hecho a lo largo del tiempo es ir explotando recursos, pero los nuevos hallazgos solo reemplazan el anterior“, señaló Bonilla. Según dijo, el país solo logró superar el millón de barriles de petróleo en los años 2013 y 2015, pero la principal preocupación era si podría sostenerse únicamente con los hidrocarburos. “¿Podemos vivir de los hidrocarburos? La historia nos dice que no hemos pasado de reservas probadas de más de siete u ocho años”, añadió.
Desindustrialización de Colombia
Otro punto relevante abordado por Bonilla fue la desindustrialización del país. “Pusimos el empeño en los hidrocarburos, pero desindustrializamos el país”, afirmó al insistir en que la situación dejó a Colombia dependiente del carbón y los hidrocarburos, sin aún tener alternativas viables para reemplazarlos.
En el presente panorama económico, existe una dependencia manifiesta de estos recursos naturales, agregó. “Hoy todavía estamos viviendo la dependencia del carbón y de los hidrocarburos, y estamos lejos de reemplazarlos”, puntualizó Bonilla durante el evento organizado por el medio.