En el corazón de la historia peruana, donde la memoria de las civilizaciones precolombinas se funde con las hazañas de la conquista española, se revela el inicio de un capítulo fascinante. Hablamos de la primera ciudad establecida por los españoles en territorio incaico, un lugar cuya fundación marcó el comienzo de una era, pero cuyo nombre y ubicación han permanecido eclipsados por relatos más célebres de la historia. Este sitio, impregnado de los sueños y ambiciones de aquellos que cruzaron un mundo en busca de riquezas, lleva consigo el eco de una historia digna de ser contada.
Fue Francisco Pizarro, figura emblemática de la conquista del Perú, quien fundó San Miguel de Tangarará, el 15 de julio de 1532. Se dice que eligió para ella una campiña sembrada de algarrobos, situada a la diestra del río Piura, en lo que hoy conocemos como el distrito de Marcavelica, provincia de Sullana. Aquel acto no fue solo la materialización de la voluntad del conquistador de erigir un “pueblo de cristianos” en tierras nuevas, sino el primer eslabón en la larga cadena de eventos que definirían la historia colonial del Perú. La información, recabada por el periodista José Vargas Sifuentes para “El Peruano”, nos invita a profundizar en la narrativa de San Miguel de Tangarará: una ciudad testigo del inicio de la transformación de un vasto imperio y la introducción de una nueva era en estas tierras.
La fundación de la primera ciudad española en Sudamérica
La fundación de San Miguel de Tangarará se erige como un acontecimiento clave en la historia del continente sudamericano, al ser la pionera ciudad establecida por los españoles en estas tierras. Este evento no solo significó la primera incursión urbana de los españoles en el Perú, sino que también marcó el comienzo de un profundo proceso de colonización y evangelización en la región. Reconocidos historiadores y cronistas tales como Miguel Seminario Ojeda, Pedro Cieza de León y Juan de Arce han destacado la importancia de este hecho en sus obras, detallando los sucesos que acompañaron su establecimiento.
El contexto de su fundación revela la interacción entre las culturas española y tallán, siendo el cacique Tangar Arac, cuyo dominio se traduce como ‘pantano pluvial con peces’, el gobernante del territorio donde se erigió la primera edificación cristiana en el Perú. Esta acción no solo refleja la introducción de la fe cristiana en la región, sino que también dio inicio a la labor evangelizadora encabezada por el cura Valverde, quien celebró la primera misa en este recinto. La investigación del arqueólogo Fernando Vela Cossío resalta estos hechos, subrayando la fundación de la primera municipalidad peruana con la designación de Blas de Atienza como el primer alcalde, seguido de Alberto Navarro y Alfonso Riquelme como contador y tesorero respectivamente. Este conjunto de actos simbolizó no solo la creación física de la ciudad, sino el establecimiento de una estructura administrativa y espiritual que dejaría una huella indeleble en la historia del Perú.
¿Cómo ha evolucionado esta ciudad a lo largo del tiempo?
De acuerdo a lo reportado por El Comercio, Tangarará se distingue de otras localidades por la ausencia de un acta fundacional. Los colonizadores españoles se asentaron en este lugar durante un periodo de dos años antes de trasladarse al valle de Morropón, ubicación actualmente reconocida como Piura La Vieja. Cuatro décadas más tarde, se traslada nuevamente, esta vez a Paita. Es en 1587 cuando, tras un asalto pirata en el puerto, se destruyen todos los documentos administrativos debido a un incendio. Posteriormente, en 1588, la comunidad se reubica a las orillas del río Piura.
Estos sucesivos reubicamientos crearon una considerable confusión en torno a la fecha exacta de fundación de la ciudad, que se ha movido de junio a octubre y finalmente se fijó en julio. Para solucionar esta cuestión, en enero de 1997, la Municipalidad de Piura organizó un foro con historiadores de renombre, incluyendo a José Antonio del Busto y Miguel Maticorena, donde se determinó que el día específico de la fundación fue el 15 de julio.
Sin embargo, no fue sino hasta el año 2012 que esta fecha se oficializó definitivamente. La historiadora local Yanina Correa señaló cómo esta confusión histórica modificó la percepción de la historia a nivel local, nacional y en todo el continente, “pues alteraba el entendimiento sobre el origen de una ciudad fundamental para la fundación de las primeras urbes occidentales en el Perú”.
¿Qué desafíos presenta Tangarará?
A pesar de estar respaldada por una rica historia y documentos antiguos, Tangarará no ha logrado elevarse al estatus de distrito, quedando atrapada en el tiempo. Según lo reportado por el portal ‘El Peruano’, sus casitas, con muros de adobe y techados de paja y barro, mantienen viva la esencia de una época pasada.
La localidad cuenta con una plaza de diseño moderno, llamada Encuentro de Dos Culturas, que ostenta en su corazón un obelisco erigido en 1932 para celebrar el cuarto centenario de su fundación, junto con una réplica de la cruz que Pizarro utilizó en la ceremonia de fundación hace casi medio milenio. Comprometida principalmente con la agricultura, enfocándose en el cultivo de arroz y plátanos, Tangarará experimenta un estancamiento debido a la insuficiencia de infraestructura y servicios esenciales.
Esta situación ha sido un obstáculo para atraer a turistas y visitantes que deseen explorar la extraordinaria belleza de su entorno y sumergirse en sus leyendas e historias ancestrales.