Motivado a reconstruir hábitos y comportamientos estudiantiles, un grupo de instituciones del sector privado ha estado promoviendo una iniciativa que prohíbe el uso de dispositivos móviles (celulares) durante al menos ocho horas. El mismo tiempo que niños, niñas y adolescentes pasan en sus colegio.
“Hemos generado una dependencia grande en los celulares que no es necesaria. Echemos el terreno 20 años atrás, si los papás querían comunicarse con uno por algo urgente, pues lo hacían a través de la secretaría de cada colegio. Los colegios que ya tienen estas medidas tienen celulares dispuestos para que los estudiantes puedan llamar a sus casas”, precisó en entrevista para Noticias Caracol el rector del colegio Los Nogales, Camilo Camargo.
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La iniciativa plantea un escenario en el que jóvenes e infantes se desconecten de las redes sociales, juegos y demás estímulos electrónicos durante el tiempo que están en el colegio y así se vean obligados a socializar con sus compañeros y aprender a través de métodos que no requieran acceder a la Internet.
Psiquiatras coinciden en que el uso reiterativo de dispositivos móviles no solo genera déficit de atención, sino también ansiedad, adicciones y matoneo entre poblaciones jóvenes. Una conclusión a la que también llegó un estudio reciente en Noruega y comparte la médico Juanita Alarcón.
“Salió un estudio en diciembre del año pasado que demuestra que las personas, los adolescentes, sobre todo, que utilizan el celular de manera reiterativa y están conectados a redes sociales tienen hasta un 66% más de probabilidades de crear una adicción a sustancias psicoactivas”, informó.
Lejos de mostrarse preocupados por el contacto con sus hijos en el horario escolar o el desarrollo de habilidades tecnológicas, los padres de familia estarían de acuerdo con la medida, según recogió el medio citado.
“Es un método de distracción y la gente no se enfoca en lo que tiene que estar haciendo”, “ya de por sí hay un problema de déficit de atención en los niños y si usted le suma un celular es más déficit de atención”.
Cerca de un 20% de los menores en Colombia han buscado cómo quitarse la vida
Un estudio realizado por Tigo en colaboración con la Universidad de los Andes y Aulas en Paz en Colombia, a principios del 2024, reveló una tendencia preocupante entre los menores de edad respecto al uso de Internet y dispositivos móviles en la era post-pandemia.
Los resultados de “Riesgos y Oportunidades del Uso de Internet para Niñas, Niños y Adolescentes en Colombia”, el primer análisis de este tipo después de la crisis sanitaria global, subrayan la necesidad urgente de revisar y fortalecer las políticas de supervisión parental y educativa en el ámbito digital.
Entre los hallazgos más alarmantes se destaca que el 17% de los menores encuestados confesó haber buscado en Internet maneras de autolesionarse o suicidarse, una cifra que agudiza la necesidad de abordar la salud mental y el bienestar emocional en este grupo demográfico. Además, el 27% de los participantes reportó haberse encontrado cara a cara con individuos conocidos a través de la red, lo que resalta potenciales riesgos de seguridad física.
Otro aspecto inquietante del estudio, que incluyó a más de 5.700 niños y adolescentes entre los 9 y 16 años de 19 departamentos del país, es que el 32% de ellos ha sido expuesto a imágenes violentas en Internet, ya sean de perjuicio hacia otras personas o animales, y un 30% ha presenciado situaciones de maltrato.
A pesar de las recomendaciones generales para que los menores de 13 años no hagan uso de redes sociales, se descubrió que un 56% de los niños entre 9 y 10 años y un 88% entre 11 y 12 años ya tenían perfiles activos en diferentes plataformas digitales, con WhatsApp, TikTok y YouTube encabezando la lista de aplicaciones más utilizadas.
Este comportamiento se ve facilitado, en parte, por la falta de conocimiento tecnológico entre los adultos responsables de los menores. Además, de acuerdo con el informe, el 72% de padres, madres y cuidadores admiten saber menos de Internet y dispositivos móviles que sus hijos, y un 42% no sabe cómo verificar la seguridad de un sitio web.
