Las autoridades de Nueva Caledonia han impuesto un toque de queda a partir de este martes por la noche y han prohibido las reuniones públicas en la capital, Numea, un día después de los disturbios registrados por las protestas contra la reforma constitucional que amplía el censo electoral en el territorio francés.
La medida ha sido aprobada después de que grupos de manifestantes aprovecharan las protestas el lunes para llevar a cabo saqueos y prender fuego a negocios y tiendas en la capital. El Alto Comisionado de Francia en Nueva Caledonia ha indicado que se han provocado “daños graves” a los establecimientos y ha lamentado que al menos 54 agentes de Policía han resultado heridos a causa de la violencia.
En total, 82 personas han sido detenidas por su presunta implicación, según informaciones recogidas por el diario ‘Les Nouvelles Calédoniennes’. “El Alto Comisionado condena de la forma más contundente posible estos actos de violencia, que constituyen un ataque grave contra la población y la propiedad privada”.
El Gobierno de Nueva Caledonia, por su parte, ha hecho un llamamiento a ejercer la “calma” y hacer uso de la razón, y ha pedido a la población “demostrar su sentido de la responsabilidad”. Sin embargo, miles de personas han protestado por la iniciativa que, desde París, expandiría el electorado para incluir a ciudadanos franceses que llevan más de diez años viviendo en la isla y diluiría la influencia de las comunidades locales.
Entre los manifestantes, que se han sumado a las protestas convocadas hace semanas por grupos independentistas, se encuentran los líderes de la población indígena kanak, que se oponen a que el asunto se debata en el Parlamento francés.
La situación ha provocado además el cierre del aeropuerto, si bien el toque de queda no entrará en vigor hasta las 18.00 (hora local) de este martes, hasta las 6.00 (hora local) del miércoles.