Autoridades de la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES) del estado de Morelos dieron a conocer nuevos detalles alusivos a la localización del obispo Salvador Rangel Mendoza en un motel de Cuernavaca.
Específicamente, el comisionado José Antonio Ortiz Guarneros resaltó que parte de las evidencias analizadas consisten en grabaciones de las cámaras de seguridad colocadas en el establecimiento.
“Hasta donde sabemos entró voluntariamente al motel con una persona del mismo sexo y esa persona después se retiró”, externó el funcionario.
Las imágenes del circuito de seguridad del Hotel Real Ocotepec muestran que, al momento de su llegada, el obispo se encontraba en aparente buen estado de salud. No obstante, cuando fue localizado presentaba un notorio deterioro neurológico.
Exámenes toxicológicos que le fueron realizados al religioso posteriormente revelaron la presencia de cocaína y benzodiacepinas —medicamentos sedantes— en su organismo.
Al realizar una primera inspección dentro del hotel, no fue posible encontrar ninguna identificación de Rangel Mendoza y, según información extraoficial, únicamente estaba en posesión de un par de pastillas de sildenafil —fármaco usado para tratar la disfunción eréctil y la hipertensión arterial pulmonar—.
Durante su breve encuentro con los medios, el comisionado Ortiz Guarneros reiteró que la postura de la CES es que no hubo un secuestro exprés, como previamente había anticipado la Fiscalía estatal.
“Se hicieron algunas declaraciones de que fue un secuestro exprés, nosotros pensamos que no, pero el fiscal tendrá que demostrar en base a qué lo dijo”, agregó el almirante retirado.
Tras la localización del obispo, los paramédicos lo trasladaron de urgencia al Hospital General de Cuernavaca, en donde le administraron un tratamiento para estabilizarlo, dado que estaba inconsciente.
Por su parte, el gobernador interino de Morelos, Samuel Sotelo Salgado, manifestó que no ha tenido acceso a la carpeta de investigación y que, hasta la mañana del 2 de mayo, el obispo no había solicitado ninguna medida de protección a las autoridades.
Las indagatorias iniciales señalaron que el día en que se reportó la desaparición del obispo tenía una reunión en una pizzería. Aparentemente, se iba a reunir con un empleado del lugar, pero se perdió la comunicación con él después de su llegada al establecimiento.
La noche del 29 de abril, el obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa abandonó las instalaciones del Hospital General de Cuernavaca y fue trasladado a un nosocomio privado. Se espera que próximamente ofrezca declaraciones que permitan conocer más detalles de lo ocurrido.