Personalidades del mundo de la política y social han lamentado la muerte del cocinero catalán Fermí Puig a los 65 años de este viernes por la noche a causa de una enfermedad.
Uno de los políticos que ha mostrado sus condolencias por esta pérdida es el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, quien lo ha descrito como un referente y “una figura imprescindible para la cultura culinaria” y gastronomía catalanas, en una publicación en X recogida por Europa Press.
Por su parte, el líder del PSC, Salvador Illa, lo ha catalogado como, textualmente, un gran chef de la cocina catalana y una buena persona, a través de X: “Siempre recordaré su magnífico trato y nuestras conversaciones cada vez que visitaba su restaurante.”
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha agradecido su “compromiso insobornable e incondicional en la causa de Catalunya”, en la misma red social.
El presidente del Parlament, Josep Rull, ha asegurado que Catalunya pierde una figura magna, que fue capaz de reforzar el imaginario colectivo desde la gastronomía: “Cultura en mayúsculas”.
Asimismo, el expresidente de ERC Oriol Junqueras ha trasladado su pésame a las personas próximas al cocinero, de quien ha puesto en valor su pasión y dedicación para “convertir la cocina catalana en un valor caudal” de Catalunya.
También el cocinero Ferran Adrià ha compartido que Puig fue “una persona importante” en su carrera, que, junto a Juli Soler, imaginó el inicio de su trayectoria en El Bulli.
En un artículo publicado en ‘ElNacional.cat’, el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, lo ha retratado como “un sabio de los fogones y del Barça, sencillamente porque lo sabía todo”.
La Acadèmia Catalana Gastronomia también ha lamentado la pérdida, a través de una publicación en Instagram: “La Cocina Catalana tuvo con Fermí Puig un fiel centinela que supo proyectar los valores de tradición y cultura a través del tiempo. Defendió la Cocina Catalana con un gran compromiso personal.”
LARGA CARRERA
A Puig le incinerarán y se organizará una ceremonia laica en Granollers (Barcelona), donde había nacido en 1959.
Puig acabó su larga carrera en el restaurante barcelonés que lleva su nombre en la calle Balmes, y que abrió en 2013 junto a su gran amigo Alfred Romagosa, jefe de sala.
Justo antes fue el chef del desaparecido restaurante Drolma, también en Barcelona, con 1 estrella Michelin.
Se consolidó de joven en El Bulli de Roses (Girona), donde ya estaba el también joven Ferran Adrià, al que había conocido poco antes en las cocinas cuando hacían el servicio militar.