Darth Vader, el temido Señor Oscuro de los Sith, es un legendario villano de Star Wars. Es también un maestro del combate con sables de luz. Desde su aparición en 1977, los sables de luz se han convertido en un símbolo de la saga, incluso aquellos que no han visto una sola película de esta galaxia muy, muy lejana, reconocen el sonido y el brillo de las espadas láser.
Las escenas de combate con sables de luz en Star Wars no solo ofrecen momentos de acción atrapantes, sino que también añaden un toque místico y fascinante a la historia. Y parece que este elemento seguirá deslumbrándonos en las próximas entregas, desde la película “La nueva orden Jedi” protagonizada por Daisy Ridley quien interpreta a Rey Skywalker hasta “El amanecer de los Jedi” de James Mangold, que nos llevará a explorar los primeros días de los Jedi.
En el vasto universo de Star Wars, hay diversas formas de combate con sables de luz, cada una con sus propias técnicas y estrategias. Una de las más impactantes es la Forma V, conocida como Djem So. Este estilo se caracteriza por sus golpes poderosos, una defensa robusta y contraataques implacables. Y, ¿quién mejor para ilustrar esta forma de combate que Darth Vader?
Vader además de dominar el Djem So, también tiene un as bajo la manga: un sable de luz de doble fase. Este tipo especial de sable, que poseía el propio Vader, se distingue por su capacidad de cambiar la longitud de su hoja, un truco crucial en sus enfrentamientos.
Los cristales Kyber
Los sables de luz de doble fase en el universo Star Wars cuentan con dos cristales Kyber en lugar de uno. Estos cristales, esencias poderosas en la saga, pueden alterarse instantáneamente a voluntad del portador. ¿El resultado? La hoja del sable puede alargarse o acortarse de manera abrupta, dependiendo de cuál cristal esté activo en el emisor del arma.
Los cristales Kyber son fundamentales para los sables de luz, pero también para armamentos colosales como la Estrella de la Muerte y la Base Starkiller, haciéndolos algunos de los elementos más poderosos de Star Wars.
En combate, esta técnica proporcionó a Darth Vader una ventaja táctica invaluable contra los Jedi. La capacidad de variar la longitud de la hoja de su sable de luz en plena batalla desorientaba a sus oponentes, creando segundos decisivos de confusión. Al igual que en cualquier duelo de espadas, ya sea en la vida real o en el universo Star Wars, la longitud del arma del contrincante puede determinar la dinámica del combate. Con su sable de luz de doble fase, Vader podía cambiar esa dinámica al instante, consiguiendo así una enorme ventaja.
El código de honor en la Orden Jedi
Los sables de luz de doble fase son auténticas rarezas entre los Jedi. ¿La razón? El código de honor de la Orden Jedi, que se inspira en la moral de los samuráis japoneses, considera esta técnica poco honorable. George Lucas, el creador de la saga, modeló a los Jedi a partir de estos guerreros que empuñan la Fuerza, respetando siempre la ética y el combate justo.
Los Jedi también desaprueban técnicas como el Trakata, que implica encender y apagar el sable de luz rápidamente durante un duelo para obtener ventaja. Este tipo de maniobras, que podrían considerarse engañosas, chocan frontalmente con su código de honor.
Usar una espada de longitud variable se veía como un método para obtener una victoria rápida y deshonesta. Los Jedi, al igual que los samuráis de la vida real, respetaban mucho a sus oponentes y consideraban crucial mantener una ética en combate. La imprevisibilidad de un sable de luz de doble fase puede desequilibrar al enemigo y darle una ventaja mortal al portador, algo que Darth Vader aprovechó con creces. En el canon de Star Wars, esta técnica le permitió a Vader asestar golpes letales mientras sus adversarios intentaban adaptarse al cambio repentino en la longitud de su espada.
Por ello, los Jedi no veían con buenos ojos este tipo de sable, ya que desequilibrar deliberadamente a un oponente y convertir el combate en una lucha de sorpresas iba en contra de sus principios. Así, mientras Darth Vader encontraba en la variabilidad de su sable una herramienta invaluable, los Jedi lo consideraban una técnica que rayaba en el deshonor. En ese contraste de principios yace buena parte de la esencia de la eterna batalla entre Jedi y Sith.
La desaprobación de la Orden Jedi hacia los sables de luz de doble fase tuvo consecuencias importantes. Los Caballeros Jedi no eran entrenados para manejar estas armas, lo que otorgaba una ventaja crucial a sus enemigos, como Darth Vader, en duelos potenciales. Un tema recurrente en la trilogía de precuelas es la ceguera de los Jedi ante el resurgimiento del lado oscuro. Esta complacencia llevó a los Jedi a aferrarse rígidamente a sus creencias dogmáticas, perdiendo de vista sus valores fundamentales. Curiosamente, esto también se aplica al rechazo de los sables de luz de doble fase.
En la mentalidad Jedi, la posibilidad de que los Sith y sus técnicas prohibidas reaparecieran era mínima, lo que les hacía subestimar la necesidad de defenderse contra ellas. Por esta razón, los Jedi ni siquiera enseñaban a sus padawans o aprendices cómo manejar o contrarrestar los sables de luz de doble fase. Esta falta de previsión fortaleció el ascenso del lado oscuro, ya que los Jedi no lograron percibir las amenazas latentes.
Cuando Darth Vader emergió y comenzó a cazar a los Jedi supervivientes, se valió de técnicas que sabía que los Jedi no estaban preparados para enfrentar. La falta de conocimiento y entrenamiento en manejo de sables de luz de doble fase dejó a los Jedi vulnerables ante el poder del Sith. Esta debilidad inherente, alimentada por su rigidez y dogmatismo, permitió que Vader y otros enemigos implacables tuvieran una ventaja decisiva en la batalla.