¿Por qué nos traiciona la memoria? ¿Por qué olvidaría algo precisamente por intentar recordarlo? Muchos usuarios de celulares han experimentado la frustración de olvidar sus contraseñas mientras realizan otra actividad o simplemente debido a un lapsus momentáneo. Según expertos en comportamiento y tecnología, este fenómeno tiene una explicación racional que seguramente pocos sabían.
La razón principal es que datos como el PIN de nuestro móvil o la clave de nuestra tarjeta de crédito están almacenados en nuestra memoria muscular, no en la memoria cognitiva. La memoria muscular es aquella que se encarga de almacenar información relacionada con los movimientos del cuerpo, como caminar, escribir o montar en bicicleta. Esta memoria es automática y no requiere de esfuerzo consciente para sacarla a flote. De hecho, puede ser contraproducente.
Por otro lado, la memoria declarativa es la que se encarga de almacenar información relacionada con conocimientos semánticos, como nombres, fechas, números o hechos. Esta memoria requiere de esfuerzo consciente para traer los recuerdos a flote. Por ejemplo, si intentas recordar la nota que sacaste en un examen, estarás recurriendo a esta memoria.
Cuando añadimos un PIN o una clave, lo hacemos automáticamente, sin necesidad de pensar en ello. Ese momento en el que nos quedamos en blanco llega porque intentamos recordarlo buscando en la memoria declarativa, cuando el PIN vive en nuestra memoria muscular o implícita. La mejor forma de recuperarlo es no pensar y dejar que nuestro dedo actúe.
Sin embargo, esto no significa que no podamos recordarlo en momentos concretos. Una forma de hacerlo es a través de la repetición. Si ingresamos una clave o un PIN varias veces, nuestra memoria cognitiva puede asociar esa información con un contexto o una situación específica, lo que nos ayudará a recordarlo en el futuro. Ya lo sabes, nuestra memoria trabaja de formas que ni imaginamos y puede llevarnos a situaciones tan curiosas como esta.
Un informe realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos llamado ”Mejorando la memoria y entendiendo la pérdida de recuerdos relacionados con la edad”- indica que, con el paso del tiempo, el cerebro cambia y una de las consecuencias es que le cuesta recordar algunas cosas.
También se dificulta la realización de varias actividades al mismo tiempo, mantener la concentración y es mucho más fácil distraerse.
Incluso si olvidaste tu patrón del celular, PIN o contraseña y no podés acceder a tu teléfono móvil, no se debe preocuparse, no todo está perdido. Si bien las pantallas de bloqueo del celular son deliberadamente difíciles de acceder por diseño, se encuentran varias formas posibles de evitarlas de manera segura.
La mayoría de los teléfonos móviles en estos días ofrecen la opción de usar datos biométricos para iniciar sesión, así que primero se debe intentar usar el escáner de huellas dactilares o el software de reconocimiento facial. Si no se tiene esto configurado, entonces hay otras cosas que podés probar.
La solución más inmediata que viene a la mente es Google Find My Device (anteriormente Android Device Manager). Se deberá iniciar sesión en la cuenta de Google para esto, y solo funcionará en los dispositivos más modernos, pero podés acceder a este servicio desde cualquier dispositivo que desee.
También necesitarás la ubicación activada y estar conectado a datos o Wi-Fi. Hacer clic en el dispositivo que deseas desbloquear y luego hacer clic en Dispositivo seguro. Luego tocar “Borrar dispositivo” y confirmar la elección. A partir de ahí, se podrá configurar una nueva contraseña y patrón del celular. Es posible que se pierda algunas de tus fotos y aplicaciones, pero se realizará una copia de seguridad a través de tu cuenta de Google.