Hace más de tres meses, el 26 de junio de 2024, un trágico accidente en la Línea K del Metrocable de Medellín dejó un saldo de una persona fallecida y veinte heridos. El incidente tuvo lugar en la estación Santo Domingo, cuando una de las telecabinas se desprendió y cayó en la plazoleta principal.
En esa trágica tarde, John Jairo Londoño Arango, de 55 años, perdió la vida en el accidente. Entre los heridos, se informó que once de ellos presentaban heridas de gravedad, lo que complicó aún más la situación y requirió atención médica urgente.
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En una reciente entrevista con El Colombiano, Tomás Elejalde, gerente del Metro de Medellín, reveló detalles clave sobre el accidente ocurrido en la Línea K del Metrocable el pasado 26 de junio.
Elejalde descartó la teoría inicial de un choque de las cabinas del sistema y explicó que el incidente se originó por “una falla de una pinza”, un elemento esencial que conecta las cabinas al cable de soporte. “La pinza es un elemento que tiene unas mordazas. Es el elemento mecánico con el cual se fija la cabina en la parte superior al cable y el cable es el que se mueve”, detalló el gerente, resaltando que el fallo provocó que la pinza se deslizara, colisionando con la cabina precedente y ocasionando la caída de una de las telecabinas.
Elejalde también destacó que se ha procedido a realizar inspecciones rigurosas de las más de quinientas pinzas que sostienen las cabinas de los seis Metrocables que operan en el Valle de Aburrá, exceptuando las del cable Picacho, que están en proceso por ser nuevas.
Las inspecciones incluyeron radiografías y ensayos no destructivos para garantizar la seguridad de los usuarios: “Luego de haber certificado toda esa revisión de todas y cada una de las pinzas operamos hoy todos nuestros cables con total seguridad”, afirmó al medio citado.
Sobre el proceso de investigación, Elejalde señaló que la Fiscalía tiene actualmente en su poder las pinzas que fallaron, lo que ha limitado la posibilidad de realizar los ensayos de laboratorio que podrían determinar con precisión la causa del accidente. “Las investigaciones deben ser independientes tanto de nosotros como operadores y mantenedores, como del fabricante”, indicó Elejalde, resaltando la importancia de mantener la imparcialidad en este proceso.
En relación con las víctimas del accidente en la Línea K del Metrocable de Medellín, el gerente del Metro, Tomás Elejalde, mencionó que tanto la Alcaldía de Medellín como la empresa de transporte han brindado acompañamiento cercano a la familia de John Jairo Londoño Arango, quien perdió la vida en el siniestro, así como a los demás afectados. Gracias al apoyo del Consultorio Jurídico de la Universidad Pontificia Bolivariana, la familia de Londoño ha podido presentar una reclamación formal, y se está avanzando en ese proceso.
Elejalde subrayó al medio citado que las indemnizaciones otorgadas son “justas” y se han diseñado teniendo en cuenta la vulnerabilidad social de las familias afectadas, ya que provienen de sectores de bajos recursos. El objetivo es facilitar el acceso a una compensación económica justa sin que las víctimas tengan que recurrir a costosos bufetes de abogados, logrando así acuerdos más accesibles con las aseguradoras.
El funcionamiento del Metrocable se basa en un sistema de cabinas suspendidas por cables aéreos que se desplazan por una serie de torres a lo largo del recorrido. Las cabinas están sujetas al cable mediante una pinza mecánica, que es responsable de mantenerlas conectadas y seguras durante su trayecto. Esta tecnología permitió que el transporte en zonas de difícil acceso fuera eficiente y seguro, a la vez que ofreció una alternativa al transporte terrestre en áreas de pendientes pronunciadas.
Con el tiempo, la Línea K se ha convertido no solo en un medio de transporte fundamental, sino también en un referente turístico que ofrece a los visitantes una vista panorámica de Medellín y que contribuye al desarrollo económico y social de los barrios por los que pasa.