La portavoz del PP en el Parlamento vasco Laura Garrido ha reclamado que la reforma del Estatuto de Gernika “no fragmente, divida ni nos lleve a una confrontación” en la sociedad vasca.
En declaraciones a Onda Vasca, la representante popular ha analizado el Pleno de investidura celebrado este jueves en el Parlamento Vasco en el que el jeltzale Imanol Pradales fue proclamado lehendakari con los 39 votos a favor del PNV y el PSE-EE.
Tras calificar de “continuista” la nueva etapa política iniciada en Euskadi, ha advertido que, al final, se trata de “los mismo actores que han gestionado de forma conjunta” durante los últimos años.
“Ayer vimos que se reflejaron las recetas de un modelo fracasado y que vienen absolutamente tarde, en el tiempo de descuento, puesto que se nos plantearon problemas y cuestiones que están sobre la mesa desde hace tiempo”, ha lamentado.
A su juicio, en la actualidad es “muy difícil revertir la situación” y ha advertido que las medidas “tenían que haber llegado hace mucho tiempo”, como aquellas que afectan a la situación de Osakidetza, el incremento de los delitos o la necesidad de vivienda.
Respecto a la apelación al diálogo, Garrido ha considerado que no es “sincera” ya que durante los dos últimos dos meses el jeltzale Imanol Pradales no se ha puesto en contacto con el PP de tal modo que ahora “llama la atención que se hable de ensanchar los acuerdos cuando la impronta de estas semanas ha sido precisamente la contraria”.
Asimismo, ha considerado que existen “muchas incógnitas” en lo referido al ámbito estatutario y ha advertido que, como ya sucedió en el acuerdo de bases entre PNV y EH Bildu, se llegará “hasta donde quieran ambos partidos” y “se sumará muy posiblemente” el PSE-EE.
“Nosotros no nos oponemos a que se pueda reformar el Estatuto, algo que hemos hecho en todas las Comunidades donde gobernamos, incluso impulsándolo. La pregunta es para qué”, ha cuestionado.
A su entender, si se reforma para mejorar la vida de los ciudadanos y actualizar los contenidos que se regulan en el propio Estatuto “puede estar muy bien”. Por contra, si es para recoger “las pretensiones de los partidos nacionalistas, cuestiones soberanistas que nos separan y que están al margen de la legalidad vigente y que no tiene un encaje legal pues no puede ser”.
“Cuando se reforma un texto de estas características tiene que hacerse con el mayor de los consensos posibles y siguiendo el procedimiento legalmente establecido, como se ha hecho en todas las Comunidades Autónomas en el que se han actualizado”, ha añadido.
Por todo ello, ha realizado un llamamiento a emprender el camino “bien” y que “no fragmente, no divida, no nos separe y no nos lleve a una confrontación que creo que no sería para nada bueno en estos momentos en la sociedad vasca”.
“La mayoría de los ciudadanos vascos no se levantan preguntándose por un nuevo estatus. Quieren que se les resuelva el problema de la seguridad de sus calles, que sus hijos se puedan emancipar, que cuando llamen a un centro de salud se les dé cita en un tiempo razonable…”, ha enumerado.