La toma de conciencia del cambio climático, la oposición al maltrato animal en las industrias alimenticias y cosméticas o el esfuerzo económico que supone acceder a productos cárnicos, han impulsado la popularidad de las dietas veganas y vegetarianas.
No obstante, ante estas tendencias siempre ha habido una cuestión en disputa: la de la salud. En este punto, hay que destacar que la OMS reconoce que una dieta vegana bien planificada puede ser saludable y nutritiva, siempre que se tenga en cuenta la ingesta de los nutrientes esenciales.
Del mismo modo, advierte que una dieta vegana mal planificada puede provocar deficiencias nutricionales y problemas de salud a largo plazo. Por esta razón, recomienda buscar asesoramiento profesional antes de adoptar este tipo de alimentación. Así, señala que el veganismo es viable siempre y cuando exista una adecuada planificación y orientación nutricional. Y lo que más, según un estudio reciente de la universidad de Bolonia, este tipo de alimentación podría estar relacionado con un aumento de la longevidad al disminuir el riesgo de sufrir enfermedades graves.
Cómo afecta a tu salud no comer carne
De esta forma, una dieta vegana está basada en el consumo de frutas, verduras, cereales, pasta, legumbres y frutos secos. Por lo que se trata de una alimentación rica en fibra, vitaminas y otros nutrientes esenciales. Además, las personas vegetarianas suelen consumir menos calorías y grasa, lo que contribuye a reducir el peso corporal, así como a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas en comparación con los consumidores de carne. Adicionalmente, a diferencia de estos últimos, los vegetarianos suelen consumir menos grasas saturadas y más vitaminas y minerales como la vitamina C, vitamina E, ácido fólico, potasio y magnesio, además de fibra y otras sustancias bioquímicamente activas. Como resultado, los vegetarianos presentan niveles más bajos de colesterol LDL, así como menor tensión arterial e índice de masa corporal. De igual modo, Diversos estudios sugieren que el consumo elevado de frutas y verduras reduce el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Además, la incidencia de cáncer es menor entre los vegetarianos.
En este sentido, tal y como revela el portal especializado Mayo Clinic, se ha constatado que el consumo de carne roja aumenta el riesgo de muerte por enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes. De acuerdo a esto último, un estudio de 2020 reveló que consumir incluso pequeñas cantidades de carne roja, como carne de res, cerdo o cordero, puede aumentar el riesgo de diabetes en un 11 por ciento por 50 gramos diarios. Por tanto, y según indica The Medical News Today, las personas con diabetes deben evitar o limitar el consumo de carnes empanizadas, fritas y con alto contenido de sodio; carnes procesadas como tocino, salchichas y embutidos; costillas y otros cortes grasos de carne; aves de corral con piel y pescado frito.
Por su parte, las carnes procesadas también aumentan el riesgo de sufrir problemas de este tipo. Así mismo, una dieta deficiente en frutos secos, semillas, mariscos, frutas y verduras puede perjudicar la salud. Por el contrario, reducir el consumo de carnes rojas y procesadas tiene un efecto positivo en este sentido.