Las cucarachas son insectos sumamente adaptables que pueden vivir en cualquier tipo de entorno y ambiente. Debido a esto, son plaga en muchas regiones y es difícil deshacerse de ellas. Además, se las suele asociar con la suciedad ya que se alimentan de basura y restos de comida o hasta de telas.
Frecuentan lugares húmedos y cálidos, donde se asientan para reproducirse. Por eso en los hogares se pueden encontrar en recovecos, grietas o sitios donde se hayan acumulado deshechos. Más allá de su resistencia, lo que complica su detección es el hecho de que son fotosensibles. Esto significa que no circulan durante el día ni por ambientes iluminados, buscan su alimento en la noche.
Debido a la suciedad de los lugares por los que circulan y a su alimentación, contaminan las superficies por las que se movilizan con patógenos que causan serios problemas de salud.
Qué enfermedades transmiten las cucarachas
A diferencia de las enfermedades transmitidas por otros insectos, como podría ser el mosquito, las cucarachas no pican ni muerden. Sin embargo, al estar en contacto y consumir una amplia variedad de alimentos, que incluyen aquellos que están en mal estado, sus cuerpos y patas quedan contaminados con microbios infecciosos. A las bacterias, virus, parásitos y hongos que se adquieren a través de las comidas se los denomina “patógenos de transmisión alimentaria”.
Un estudio explicó que en las investigaciones realizadas con respecto a las enfermedades transmitidas por las cucarachas se hallaron los siguientes agentes infecciosos:
- Hepatitis A: este virus se transmite a través de las heces de los infectados. Cuando el material fecal entra en contacto con agua o alimentos, los contamina y al consumirlos se contrae la enfermedad. Puede causar nauseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre e ictericia (coloración amarilla de piel y ojos).
- Salmonella enterica: la bacteria se transmite de manera similar al virus de la hepatitis A. Su síntomas incluyen calambres abdominales, fiebre y diarrea. También es la responsable de la fiebre tifoidea, la cual se caracteriza por temperatura corporal alta, diarrea y dolor de cabeza. Si no se trata adecuadamente con antibióticos, puede causar la muerte.
- Escherichia coli: este tipo de bacterias suelen vivir en los intestinos de las personas, pero si se la consume como parte de un alimento contaminado puede causar complicaciones. La variante O157:H7 detallada en el estudio provoca diarrea con sangrado, dolores abdominales fuertes y vómitos.
- Shigella (boydii, dysenteriae, flexneri): esta familia de bacterias es altamente contagiosa, y solo basta con la presencia de unos pocos microorganismos en el cuerpo para que se desarrolle una infección. Causa diarrea con sangre, fiebre, dolor estomacal y vómitos.
- Staphylococcus aureus: las consecuencias de una infección por estafilococo pueden variar desde lesiones cutáneas hasta la muerte, si es que la bacteria logra ingresar a la sangre y se comienza a desarrollar en órganos vitales como el corazón, los pulmones o el cerebro. Produce fiebre, diarrea, vómitos, presión arterial baja y deshidratación.
- Bacillus cereus: los síntomas que genera aparecen rápidamente luego del contacto con la bacteria e incluyen diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y sarpullidos.
La mayoría de los patógenos son bacterias y virus. Si bien existen casos de transmisión de parásitos y hongos, estos ocurren en menor medida.
Una investigación publicada por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) detalla que todo material orgánico proveniente de las cucarachas (huevos, heces, piel o saliva) puede causar alergia y ataques de asma a personas que sean propensas.
¿Por qué aparecen cucarachas en mi casa?
Como se mencionó previamente, estos insectos viven en lugares donde tienen fácil acceso a alimentos, es decir, basura o desechos. Por ende, si no se realiza una limpieza meticulosa del hogar y alrededores, es posible que las cucarachas decidan refugiarse en entornos húmedos y oscuros cercanos propicios para su desarrollo como lo pueden ser grietas en paredes o suelos, alcantarillas, o detrás de electrodomésticos y muebles.
Es importante aclarar que se reproducen rápidamente. Por cada vez que ponen huevos, pueden llegar a tener alrededor de 40 crías o más. Por eso siempre que se encuentren pocas cucarachas, puede haber más. También, existen especies que se adaptaron y se volvieron resistentes a ciertos insecticidas, por lo que asegurarse de realizar una buena limpieza y gestionar los desechos de manera adecuada es una de las mejores opciones para reducir la presencia de los insectos.
¿Hay repelentes caseros para ahuyentar cucarachas?
Ciertos productos, debido a su composición química y olor, pueden ser efectivos para evitar que las cucarachas se acerquen a determinados sitios.
Un experimento realizado con poblaciones de cucarachas en Tailandia reveló que algunos aceites esenciales podrían servir como repelentes. Los extractos de la planta de Citrus hystrix, cuyo fruto es la lima combava, presentaron un alto porcentaje de efectividad a la hora de ahuyentar a los insectos. Otra alternativa es el aceite de orégano, cuyas propiedades aromáticas tienen un efecto similar.
Algunas investigaciones sugieren el café también serviría como método natural para espantar a las cucarachas, pero debe tener un olor fuerte y concentrado para que tenga efectividad. Plantas con aromas penetrantes, como el laurel, la menta, la lavanda o el eucalipto podrían causar el mismo resultado.
Cómo eliminar las cucarachas del hogar
La mejor manera de asegurarse de que las cucarachas no se instalen en el hogar es la limpieza profunda y constante. De esta manera, los insectos no tendrán acceso a los desechos de los cuales se alimentan y no habrá incentivo alguno para que vivan allí.
Desde la EPA enumeran algunos consejos para lograr esto: las sobras de comida siempre deben guardarse en la heladera o en recipientes con tapas herméticas; no dejar platos sucios acumulados; en caso de tener mascotas, asegurarse de que no quede alimento en el plato luego de que comió; sacar la bolsa de basura de forma rutinaria; limpiar a fondo espacios estrechos donde se pueda acumular suciedad, como la parte de atrás de la heladera o debajo de los muebles.
También se deben sellar todas las grietas que se encuentren en techos, pisos o paredes para evitar que las cucarachas se asienten en esos lugares.