Dentro de los diversos usos que se le pueden dar a las plantas, la burundanga ha sido utilizada como un estupefaciente de origen natural y gracias a sus efectos secundarios ha sido llamada como la “droga zombie” pues es el aspecto que le da a sus consumidores, lo que ha generado inquietud entre quienes han presenciado sus consecuencias.
Conocida científicamente como escopolamina, la sustancia que desprende esta flor se caracteriza por provocar amnesia en las personas que estén en contacto directo con ella y, si bien es utilizada de forma clínica para poder apoyar a los pacientes, la forma en la que es más utilizada es de forma ilegal pues si se ingiere en altas dosis es muy probable que la capacidad de raciocinio del consumidor quede anulada.
Asimismo, es importante destacar que es comúnmente usada por criminales quienes desean obtener información por parte de sus víctimas pues es una especie de droga de la verdad que hace que el sujeto intoxicado pueda actuar en contra de su voluntad.
Sus orígenes
La burundanga proviene de las plantas Solenaceace y es fácilmente reconocible pues es de color blanco (aunque puede tener tintes de otros colores) y parece una especie de lámpara que siempre ve hacia el suelo. Su rareza y bello aspecto la hacen atractiva para las personas, pero la forma en la que ‘zombiefica’ a las personas es su mayor atractivo para los criminales.
Debido a los efectos que presenta, durante años fue considerada como una planta prohibida, sin embargo, dentro de hospitales era recurrente su uso con el objetivo de sedar a los pacientes que estaban por ingresar a una cirugía, sin embargo, se empleaba en dosis bajas y controladas por los expertos.
De igual manera, los médicos buscaban controlar vómitos, mareos y náuseas ya sea vía oral o a través de parches que dejaban el ingrediente activo por medio de los poros de la piel haciendo que llegara de mejor forma al torrente sanguíneo.
La ‘droga zombie’
Aunque principalmente se utilizaba como remedio medicinal, traficantes de sustancias ilícitas lograron observar la potencia de esta flor y comenzaron a comercializarla debido a que causa confusión, somnolencia, visión borrosa, alucinaciones y un sinfín de síntomas que fueron aceptados por los consumidores.
Debido a que la persona queda totalmente desprotegida, también se ganó el nombre de “aliento del diablo” y ha sido clasificada como la ‘droga más peligrosa del planeta’ debido a sus altos índices de afectados.
El profesor y farmacólogo de la Universidad de Londres, Val Curran, explicó que no se exagera al clasificarla como la más peligrosa ya que no solo imposibilita a la persona como lo haría la marihuana o el alcohol, la burundanga en altas cantidades es capaz de dejar totalmente incapacitado al humano que decida tomarla: “Te incapacita porque te sentirías tan somnoliento que no recordarías lo que estaba pasando”, lo que ha preocupado a las autoridades durante años.
Es por esta razón que se le ha denominado como ‘zombie’ pues de forma concisa deja a la persona totalmente fuera de sí, incapaz de tomar cualquier decisión por más fácil que sea y queda a total disposición de otro humano, siendo más comúnmente utilizada para llevar a cabo delitos como el abuso sexual.
Otro de los aspectos de esta droga es que causa un efecto inmediato, pero su punto más alto se puede ver luego de una o dos horas después de haberla consumido y su efecto tarda hasta 21 horas, mismas que quedan totalmente borradas de la mente del sujeto ya que borra los recuerdos.