El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado este miércoles que España reconocerá a Palestina el próximo 28 de mayo. “El reconocimiento no es el final. Es sólo el principio, y vamos a seguir presionando a la comunidad internacional”, ha expuesto en su intervención durante la comparecencia en el Congreso de los Diputados.
Momentos después del anuncio, el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, ha ordenado llamar a consultas a la embajadora en Madrid, Rodica Radian-Gordon, y ha convocado a la embajadora de nuestro país en Tel Aviv, Ana Solomón. También lo ha hecho con todos los países que se unirán a la declaración española.
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Al margen de la opinión de la oposición, que aboga por posponer el reconocimiento al entender que “todavía es pronto”, el Gobierno está capacitado para ejecutar dicha maniobra, recogida en el artículo 97 de la Constitución Española. ¿Pero qué implica reconocer a un Estado?
Un Estado, para considerarse como tal, debe poseer una población “estable y permanente”, dentro de unas fronteras delimitadas, un Gobierno soberano que actúe sobre su territorio y población con independencia, y que tenga el monopolio de la violencia. En la práctica, esto no puede conseguirse sin el reconocimiento de la comunidad internacional.
Palestina no es un Estado miembro de la ONU, pero sí es considerado Estado observador no miembro, lo que dota de cierto reconocimiento formal al pueblo palestino. Unos 140 países de los 193 miembros de la organización ya reconocen a Palestina como Estado soberano. En la UE solo nueve países lo aceptan. España, a día de hoy, no lo reconoce formalmente, pero sí cuenta con una Embajada de Palestina -con su respectivo embajador, Husni Abdel Wahed– en Madrid, bajo el estatus de “misión diplomática”.
En este sentido, la declaración es más simbólica que jurídica, ya que España mantiene relaciones diplomática con la Autoridad Nacional Palestina. De hecho, el compromiso por reconocer a Palestina ya se expuso con el gobierno de Mariano Rajoy en 2014. Fue en aquel año cuando el Congreso de los Diputados aprobó por casi unanimidad una proposición no de ley, presentada por el PSOE, para instar al Gobierno de Rajoy al reconocimiento de Palestina. Una década después, ya con Pedro Sánchez en el Gobierno, España se atreverá finalmente a dar el gran salto.
“Esta medida no tendrá efectos prácticos en la situación de Gaza y Cisjordania, pero sirve para poner la presión internacional sobre el Gobierno de Israel, ya que refuerza la legitimidad de Palestina”, expone el embajador retirado Juan Manuel López-Nadal en una conversación con Infobae España. El diplomático argumenta que en todo caso, este “anuncio importante” da prestigio internacional a España.
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El Gobierno no aclara las fronteras
La aceptación llegará, pero será importante escuchar qué fronteras reconocerá ya que, como se ha mencionado anteriormente, es un requisito indispensable. España ha afirmado en todo momento que el reconocimiento de Israel como estado no ser verá alterado, sin embargo aún no ha aclarado qué modelo territorial apoyará y cómo afectará.
Lo cierto es que en 1947 ya se elaboró un modelo que apostaba por la división de Palestina en tres partes, después surgieron otras propuestas, también fracasadas en 1967 y 1973. De hecho el expresidente estadounidense, Donald Trump, ya elaboró un ‘Plan de Paz’ que incluye la solución de los dos Estados, pero implicaba aspectos que no serían aceptados como el reconocimiento de la soberanía israelí sobre territorios palestinos ocupados y el aislamiento “en islotes” de territorios palestinos.