Sin dudas, su rol en la vida pública argentina dejó una huella imborrable en la educación. Avelino Porto, quien falleció en las últimas horas a los 88 años, dejó un legado que lo convirtió en un referente en educación a nivel mundial. Tras la fundación de la Universidad de Belgrano, su impronta generó cambios sustanciales que se convirtieron en un cambio de paradigma.
Nacido el 5 de noviembre de 1935, Porto recibió su educación secundaria en el Liceo Militar General San Martín y se graduó como abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1959. Ese mismo año inició su carrera como Secretario de un Juzgado del Fuero Criminal, cargo que ocupó hasta 1971. Asimismo, en 1974 fue nombrado miembro de la Cámara Penal en lo Económico, presidida por él entre 1976 y 1978.
En 1984, fue uno de los fundadores de la Academia Nacional de Educación, organización que presidió en once ocasiones. Además, impulsó la creación del Programa Columbus, que vincula a universidades de Europa y América Latina, y formó parte de su junta directiva durante varios años. En 1991, fue nombrado ministro de Salud y Acción Social de la Nación.
Desde 1997, fue miembro activo de la Academia Europea de Ciencias y Artes, con sede en Salzburgo, participando además en diversas fundaciones y asociaciones universitarias, para luego, un año más tarde, asumir la presidencia de la Fundación Ser y Pertenecer, creada por los asociados a la Universidad de Belgrano. Asimismo, en el ámbito audiovisual, fue director y productor de programas como Proyecto de Vida, Opiniones Opuestas y Universidad Crítica.
En 2005, cofundó y coordinó el Foro del Bicentenario, un grupo de argentinos dedicados a analizar la realidad del país en esa conmemoración. A lo largo de su carrera, recibió diversas distinciones, incluyendo el título de Commendatore otorgado por el gobierno de Italia, la Medalla Orden al Mérito del Círculo de Egresados del Liceo Militar General San Martín, y en 2012 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Argentina de la Empresa.
Una visión transformadora en la educación superior
Lo cierto es que Avelino Porto dejó un legado duradero en la educación superior argentina. En 1964, fundó la Universidad de Belgrano, una de las primeras universidades privadas del país.
Desde sus comienzos, tuvo una visión clara sobre lo que la educación universitaria debía ofrecer: un espacio donde los estudiantes no solo recibieran una formación técnica, sino también una sólida formación ética y cívica. Bajo su liderazgo, la Universidad de Belgrano creció rápidamente, tanto en términos de infraestructura como de prestigio académico, consolidándose como una de las instituciones más reconocidas de Argentina. Este miércoles, se cumplieron 60 años de la Universidad de Belgrano.
El enfoque educativo de Porto se basó en la investigación y el compromiso social, además de programas académicos de vanguardia, orientados al desarrollo profesional y al bienestar colectivo. En 2019, Avelino Porto fue distinguido como Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Durante la ceremonia realizada en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, aseguró que su mayor vocación siempre fue “servir a la sociedad desde el lugar que le tocara ocupar”.
Este reconocimiento destacó su contribución tanto en la educación como en la salud pública, dos pilares fundamentales en los que trabajó a lo largo de toda su vida. “Soy el producto de mis maestros. Conocí la ética, el trabajo, el esfuerzo y, sacrificando descansos, recorrí el mundo tratando de dejar huellas para que miles de personas que no me conocen tengan la oportunidad de ser ciudadanos del mundo”, afirmó al momento de su reconocimiento.
El velatorio de Avelino Porto se llevará a cabo en O’Higgins 2842, hasta las 12 del mediodía de mañana. Posteriormente, será trasladado al Cementerio de la Recoleta para su entierro.
Porto será recordado no solo por su rol como ministro de Salud, donde impulsó reformas cruciales para la salud pública argentina, sino también por su visión transformadora en la educación superior, donde formó a miles de profesionales que hoy ocupan posiciones de relevancia en Argentina y en el mundo.
Su vida y obra dejaron una marca indeleble en la historia del país, y su contribución continúa impactando a las nuevas generaciones.