El kinkajú, también conocido como martucha, es un animal carnívoro de apariencia característica similar a una mezcla entre un oso y un mapache. Al ser habitante de las selvas de México y Centroamérica, funcionarios estatales de Washington, Estados Unidos, se mostraron confundidos al no saber qué hacía uno de estos ejemplares tratando de trepar un poste ubicado al lado de la carretera interestatal 82, al sureste de Yakima.
“¿Qué hacía en nuestra área de descanso del este de Selah Creek durante el fin de semana? No tenemos idea”, escribieron el 24 de junio las autoridades del Washington Department of Transportation en una publicación de X (anteriormente Twitter).
Según reportaron los agentes estatales, el animal nocturno, oriundo de la selva tropical, fue rescatado por funcionarios del Department of Fish and Wildlife (USFWS), sin embargo, admitieron desconocer qué pasó con él después.
Un raro animal tropical lejos de casa
Fue gracias a un comunicado emitido recientemente por miembros del Point Defiance Zoo and Aquarium (PDZA) que se supo sobre el destino del kinkajú.
Tras ser rescatado por funcionarios del USFWS, trabajadores del zoológico acudieron a su traslado. Tan pronto lo tuvieron bajo su cuidado, fue “puesto en cuarentena” dentro del hospital de animales del parque temático, donde recibió atención inmediata por parte de especialistas.
Especialistas del parque zoológico, donde vive “temporalmente”, están a cargo del cuidado del pequeño animal. Karen Wolf, veterinaria en jefe, informó que la salud del animal es aceptable en general, no obstante, es muy delgado y pesa aproximadamente un kilo, siendo que los machos suelen pesar entre 1.5 y 4 kilos.
A pesar de esto, el kinkajú parece tener buen apetito y el personal del zoológico lo apoya al alimentarlo con una dieta completa y saludable.
En un video compartido en las redes sociales del parque temático, se puede observar uno de los procedimientos con el que veterinarios se aseguraron de que el animal gozara de buena salud.
“No creo que sea un bebé, más bien se trata de un adulto joven. Pobre cosita, de verdad que está delgado”, se escucha decir a una de las veterinarias.
Aunque no encontraron señales de que contara con parásitos externos, una de las especialistas aseguró que sí sufre a causa de una infestación de parásitos internos. La veterinaria revisó sus ojos, oídos, dientes y extremidades, así como a las imágenes tomadas con rayos X antes de cubrir al kinkajú con una manta.
Mientras Wolf espera resultados de una serie de exámenes médicos entre los que se encuentra un análisis sanguíneo completo con el que se busca tener un amplio panorama sobre el estado de salud del animal, el kinkajú será atendido “entre bastidores”, al mismo tiempo que el parque temático une esfuerzos con la Association of Zoos and Aquariums (AZA) para encontrarle un hogar permanente, según señalaron los miembros del zoológico en el comunicado.
-No son buenas mascotas
“La supervivencia de este joven kinkajú es un testimonio de los esfuerzos conjuntos de las autoridades estatales de protección de vida silvestre y el zoológico”, se lee en el texto. Dicho trabajo pone al descubierto la verdad detrás del comercio ilegal de mascotas.
Aunque esta especie no está considerada como en peligro de extinción, los expertos del zoológico indicaron que suelen ser cazados por su piel, carne y para ser comerciadas como mascotas exóticas, factores que amenazan ampliamente a la población libre en la naturaleza.
“A pesar de su ternura, los kinkajús no son buenas mascotas”, aseguraron los empleados del zoológico.