Enclavada en los Andes centrales, la Reserva Nacional de Junín es un área natural protegida, destacándose por su singular ecosistema del lago Chinchaycocha, su impresionante belleza paisajística y su vasta diversidad biológica.
Esta área protegida por el Estado se sitúa en la meseta de Bombón, abarcando los distritos de Carhuamayo, Ondores y Junín en el departamento de Junín, así como los distritos de Ninacaca y Vicco, en Pasco. La reserva, ubicada a 4,100 metros sobre el nivel del mar, tiene una extensión de 53,000 hectáreas.
Un ecosistema vital
La mayor parte de la superficie de la reserva está dominada por el lago Junín, también conocido como Chinchaycocha o lago de los Reyes.
Este es el segundo lago más grande del Perú y uno de los principales afluentes de la cuenca del Amazonas, desempeñando un papel esencial en la regulación del agua, captación hídrica, generación de energía hidroeléctrica y conservación del equilibrio ecológico.
Reconocido por la Convención Ramsar desde 1997 como un humedal de importancia global, el lago Junín es un hábitat crucial para las aves acuáticas. Los pantanos y totorales que rodean el lago ofrecen refugio a una rica diversidad de aves migratorias y anfibios, que a su vez sostienen poblaciones de vizcachas, cuyes silvestres y zorros, entre otras especies adaptadas al clima de alta montaña.
Historia de la diversidad
La Reserva Nacional de Junín fue establecida el 7 de agosto de 1974 mediante Decreto Supremo N° 0750-74-AG. Su creación tuvo como objetivo proteger la belleza escénica y la flora y fauna peculiares del lago Junín, además de rendir homenaje a los héroes de la histórica batalla de Junín.
Por otro lado, el paisaje altoandino de la reserva alberga una notable diversidad de aves migratorias, endémicas y residentes.
Entre las especies más emblemáticas se encuentran el zambullidor de Junín y la gallinetita negra o gallareta de Junín, ambas únicas de este lago. También se pueden observar el zambullidor blanquillo, zambullidor pimpollo, pato sutro, pato jerga, pato puna, pato rana, huallata, gallareta, polla de agua, flamenco o parihuana, lique-lique y la gaviota andina.
En lo que se refiere a los mamíferos que habitan en la zona, podemos contar al zorro andino, la comadreja, el zorrino, la vizcacha, el gato montés y el cuy silvestre. Entre los anfibios destaca la rana de Junín, y entre los peces, las challhuas son las más importantes.
La flora del sitio también ofrece un grandioso espectáculo ya que la vegetación de la reserva incluye pajonales densos de altura, césped de puna, bofedales, oconales y totorales, que conforman las principales comunidades vegetales de este entorno altoandino.
Las bajas temperaturas son el común denominador en esta zona ya que el clima oscila entre los 3°C y 7°C. La época más fría se extiende de mayo a setiembre.
Las precipitaciones anuales promedian los 940 milímetros, concentrándose principalmente entre diciembre y abril, mientras que de junio a setiembre se registran las menores cantidades de lluvia.
¿A dónde ir?
La Reserva Nacional de Junín es un componente esencial del recorrido turístico que abarca las provincias de Lima, Huarochirí, Canta, Junín y Pasco, enlazándose además con otras zonas protegidas como el Santuario Nacional de Huayllay y el Santuario Histórico de Chacamarca.
En las cercanías del lago se encuentran vestigios arqueológicos que atestiguan la presencia de culturas preincas en la región.
A orillas del lago Junín, la iglesia de San Pedro de Pari destaca por su arquitectura colonial. Construida en 1640 por la Orden Mercedaria durante la llegada de los españoles, esta iglesia es una de las más antiguas de América y constituye un importante atractivo histórico y cultural.
La celebración de este 50 aniversario de la Reserva Nacional de Junín subraya la relevancia de proteger y valorar estos ecosistemas, que no solo forman parte del patrimonio natural, sino también de la rica historia y cultura del Perú.