Siguiendo la tradición de películas como Miami Vice (2006) y S.W.A.T. (2003), The Fall Guy (2024) recupera una popular serie de los años ochenta, protagonizada por Lee Majors (sí, el hombre nuclear) para darle un giro moderno y ponerla al servicio de la pantalla grande. David Leitch -el director de películas como Bullet Train (2022), Atomic Blonde (2017) y Deadpool 2 (2018)- hace gala una vez más de su particular estilo para darnos una historia donde el verdadero protagonista es un doble de riesgo.
Colt Seavers (Ryan Gosling) es un profesional de la industria que trabaja siempre junto a la misma estrella de acción, el egocéntrico Tom Ryder (encarnado por Aaron Taylor-Johnson) y su productora, la exitosa Gail Meyer (Hannah Waddingham). Pero lo que lo mantiene motivado en su trabajo es la compañía de Jody Moreno (Emily Blunt), una talentosa camarógrafa con ambiciones de convertirse en directora de cine. Sin embargo, un accidente frustra sus planes románticos y separa al carismático dúo.
La película comienza con una premisa difícil: un héroe caído en desgracia con quien debemos empatizar demasiado rápido, y comprender todos los motivos por los que decide alejarse definitivamente de la escena del cine y de su interés romántico. Sin embargo, va a seguir dando algunas muestras de su habilidad en su nuevo trabajo, antes de dejarlo para retomar su verdadera pasión. Ante el llamado de Gail, decide volver a la industria del espectáculo para ayudar a Jody con su primera película, la space opera “Metalstorm”.
Toda esta introducción al verdadero conflicto se vuelve demasiado larga y no se retoma hasta mucho más tarde, cuando se revelan los verdaderos motivos de ese viaje. Si bien la premisa es ingeniosa y tiene un par de vueltas interesantes -mucho más cercanas al género de acción y espías-, todo el primer acto se estira innecesariamente para interesarnos en el romance entre los protagonistas, y no resulta lo suficientemente atrapante.
Es bastante incómodo ver a estrellas de la talla de Ryan Gosling y Emily Blunt luchando para darle gracia a un humor mal escrito, y a un romance que no despierta chispas, a pesar del evidente talento y carisma de los dos. Tras este primer acto interminable, la película logra encontrar su rumbo y brindar algunas escenas de acción dignas del título, mientras Colt lucha desesperado por cumplir la misión impuesta por Gail y salvar la película de Jody.
En el medio, sobran las escenas de pelea estilizadas y los diálogos cargados de referencias a la cultura pop (que explican y sobreexplican para que nadie se pierda el guiño), mientras la trama principal se va volviendo cada vez más turbia y enredada, pero a la vez, más interesante. Sin embargo, hay montajes que juegan en contra del ritmo de la historia y escenas que hubieran funcionado mucho mejor de manera no-lineal, pero se narran cronológicamente con elipsis rarísimas y chistes cuyo remate parece haber quedado fuera de la edición final.
Con todo esto, The Fall Guy es una película entretenida y con grandes valores de producción, que apela al conocimiento del espectador sobre el género, pero a la vez no deja nada librado al azar. A pesar de sus esfuerzos por ser ingeniosa, su verdadera fortaleza reside en el aspecto visual, las escenas de acción y dobles de riesgo -tal como debería ser- y el innegable talento de un elenco de ensueño.