Berlín, 28 may (EFE).- La carrera futbolística de Lars Ricken quedó asociada irremediablemente a un momento mágico en la final de la Liga de Campeones de 1997 cuando sentenció el triunfo ante el Juventus con una vaselina impresionante que significó el 3-1.
Ahora, el Dortmund vuelve a estar otra vez en una final de la Liga de Campeones, esta vez ante el Real Madrid, y Ricken sigue ligado al club de toda su vida como gerente deportivo y como sucesor designado del director administrativo Hans Joachim Watzke.
El gol de Ricken -hizo también otros goles poco importantes antes del gol al Juventus- marcó el momento más alto hasta ahora de la historia del Dortmund. Ricken había estado 70 minutos en el banquillo y todo el tiempo había pensado que el meta contrario Angelo Peruzzi estaba permanentemente demasiado adelantado.
Cuando entró al campo el partido estaba 2-1 -el Dortmund se había ido en ventaja con dos goles de Karlheinz Riedle y Alessandro del Piero había descontado- pero el conjunto turinés apretaba y trataba de hacer respetar el claro favoritismo con que había llegado a la final del Estadio Olímpico de Múnich.
Ricken llevaba poco más de 15 segundos en el campo cuando recibió un pase de Andreas Moeller y sacó provecho de lo que había visto durante el tiempo que había estado en el banquillo al soltar de primera la vaselina que superó a Peruzzi.
Ricken tenía 20 años, había sido ganado dos veces la Bundesliga y había sido decisivo en la conquista de la Liga de Campeones. Muchos lo veían como la gran promesa del fútbol alemán aunque el seleccionador de la época, Berti Vogts, advirtió que de cara al futuro el gol ante la Juve podía ser una hipoteca, pues todos esperarían que en cada partido se repitiera algo similar.
La carrera de Ricken como jugador no fue lo que muchos esperaban. Pero ganó una Bundesliga más, en el 2002, y se mantuvo siempre fiel al Dortmund lo que, sumado al gol, le permitió convertirse en un icono del club.
Tras su retirada, el club empezó a prepararlo para que pudiera asumir un puesto en la cúpula como figura identificable. En 2008 entró a trabajar en el equipo gestor del Dortmund y siguió un programa que lo llevó a todos los campos hasta 2009.
Sin embargo, se alteró el proceso cuando fue nombrado coordinador de la cantera. A ese cargo se le agregó en 2021 el de director de la academia del Dortmund y como tal fue responsable de muchos jugadores dieran el salto al primer equipo.
En 2013, cuando el Dortmund llegó a la final de la Liga de Campeones, que perdería en Wembley ante el Bayern, Ricken dijo que esperaba que en el futuro no fuera su gol el único que se relacionara con un triunfo del Dortmund en la Liga de Campeones.
Tal vez ahora, que está en un escalón más alto en la jerarquía del club y que el Dortmund está otra vez en la final, piense algo parecido.
Hay algunos aspectos que recuerdan la final del 97. El favoritismo del Madrid es al menos tan grande como lo era el del Juventus entonces y el Dortmund llega a la final después de una temporada decepcionante en la Bundesliga.
En el 97 había sido tercero, por detrás del Bayern y el Bayer Leverkusen, tras haber ganado dos temporadas consecutivas la Bundesliga. Ahora ha terminado quinto y tiene asegurada la plaza en la próxima Liga de Campeones sólo gracias a que la Bundesliga se ganó el derecho a tener la quinta plaza.
Su rendimiento en la Liga de Campeones, como en el 97 ha sido notoriamente mejor que el de la Bundesliga. Muchos lo habían dado por eliminado desde que sorteó la fase de grupos.
Rodrigo Zuleta