En un incidente ocurrido durante el pasado fin de semana en el barrio Laureles, de Medellín, dos ciudadanos noruegos se convirtieron en víctimas de un robo perpetrado con la temida escopolamina.
Los hechos se desarrollaron en la madrugada del domingo, cuando los dos turistas europeos, cuyo nombre no ha sido revelado, se encontraban en un establecimiento comercial de Laureles. Allí, conocieron a dos mujeres con las que iniciaron una noche de copas y diversión.
Según los informes judiciales, el ambiente festivo llevó a los noruegos a extender la invitación a las dos mujeres para que los acompañaran a la propiedad donde se estaban hospedando.
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La fiesta continuó en el apartamento de los turistas, ubicado en una de las zonas más concurridas del barrio. A las 7 de la mañana, en medio de la celebración, arribaron otras dos mujeres al lugar. La situación parecía ser un desarrollo natural de la noche, pero pronto tomaría un giro oscuro y peligroso.
De acuerdo con El Colombiano, poco después de la llegada de las nuevas invitadas, los noruegos empezaron a perder el conocimiento. La escopolamina, una sustancia conocida por sus efectos sedantes y su uso en delitos de robo y abuso, había sido administrada a los europeos.
Al despertar, encontraron su apartamento vacío; las cuatro mujeres que habían estado en su compañía ya no estaban, y lo que es aún más grave, habían sido despojados de sus teléfonos celulares y tarjetas de crédito.
La desesperación llevó a los turistas a contactar de inmediato a las autoridades locales. La rápida intervención de los funcionarios de la Secretaría de Salud de Medellín y la Policía Metropolitana fue crucial. El personal médico encontró que los noruegos habían sido sometidos a dosis elevadas de escopolamina y recomendaron el consumo de grandes cantidades de líquidos para ayudar a estabilizar su condición.
La situación, que tiene implicaciones alarmantes sobre la seguridad en la ciudad, resalta las sofisticadas técnicas empleadas por los delincuentes para llevar a cabo estos delitos.
La reacción inmediata de las autoridades luego del robo perpetuado a los turistas noruegos en Medellín
La Policía Metropolitana, al llegar al lugar, registró la denuncia y comenzó a trabajar en la investigación del robo. Los agentes confirmaron que además de los celulares de alta gama, las víctimas habían perdido 15 tarjetas de crédito, elementos esenciales para su estancia en Colombia. La búsqueda de las responsables del hurto se intensificó, con un enfoque particular en identificar y localizar a las cuatro mujeres involucradas.
Las autoridades revisaron las cámaras de seguridad de la zona para obtener pistas sobre las sospechosas. Los primeros indicios sugieren que las mujeres podrían formar parte de una red organizada dedicada a realizar estos tipos de robos a turistas en Medellín. La escopolamina, a menudo llamada “burundanga”, es utilizada por estos delincuentes debido a su capacidad para incapacitar a las víctimas sin que estas se den cuenta de lo que sucede.
Este incidente se enmarca en un contexto más amplio de seguridad en Medellín. Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), durante el año en curso se han registrado 14,977 casos de hurto a personas en la ciudad, una cifra que representa una disminución significativa respecto al año anterior, con 4,056 casos menos.
Aunque la comuna 11, que incluye Laureles y el estadio Atanasio Girardot, sigue siendo una de las áreas con una alta tasa de robos, con 921 incidentes reportados hasta la fecha.
La Policía Metropolitana de Medellín continúa su labor para dar con el paradero de las responsables del robo, y se recomienda a los turistas y residentes mantenerse vigilantes y cautelosos en sus interacciones con desconocidos.