“Me encerré, ni escuché ni prendí la tele, y trato de ni agarrar el teléfono. Sé cómo son las cosas acá y las acepto. Cómo acepté también delante de quienes tenía que aceptar, que son mis compañeros. Charlé con ellos y con el técnico, que son los que realmente se merecían mis disculpas. Acepto que fue un error enorme. Nos estaba costando salir de la cancha de Boca y habíamos hablado eso, y yo hice esa tontería. La primera amarilla fue totalmente innecesaria, fue un error enorme que a esta altura de mi carrera no me puede pasar, pero bueno pasó. Me fui expulsado a los 30 y pico y dejar con uno menos al equipo se complica todo. Es difícil en el fútbol argentino estar con uno menos tanto tiempo, cuesta, y yo asumo toda la responsabilidad de la última derrota que tuvimos. Se lo dije a mis compañeros, la bronca es esa, el dolor”.
De esta manera, Marcos Rojo se refirió a su expulsión en el último domingo ante Platense por la Liga Profesional, que terminó con derrota. Tras recibir una amarilla a los cuatro minutos, el capitán recibió la segunda tarjeta y por ende roja apenas pasada la primera media hora de juego. Esto, sumado al pobre rendimiento del equipo, provocaron un sinfín de críticas con el zaguero central como eje. Y 24 horas después, se llevó a cabo una cumbre por pedido del presidente Juan Román Riquelme, junto a parte del Consejo de Fútbol, Diego Martínez y todo su cuerpo técnico, además del plantel. A propósito de esto, el capitán xeneize pidió salir al aire en el programa Un Buen Momento por Radio La Red para aclarar algunos trascendidos.
“Salgo a hablar porque se dicen muchas cosas. Soy consciente de mi momento, cómo estoy y las cosas que paso y sufro, pero siempre tiro para adelante. Que quede claro eso, no pasa nada. Yo voy a aceptar este momento, voy a meterle y seguir laburando, tratar de mejorar en todo lo que pueda y seguir ayudando a Boca y todos mis compañeros, que es lo que siempre hago. Trabajo cada día que estoy disponible, trato de dar el máximo y lo voy a seguir haciendo hasta el último día”.
En medio de los cortocircuitos entre el presidente y el entrenador con algunos referentes del plantel, Marcos Rojo decidió salir a aclarar que no tiene pensado irse de Boca Juniors, como trascendió. Aclaró que tiene contrato por un año y medio más y reveló por qué le dijo “no” al llamado de Lionel Messi para sumarse al Inter Miami.
“En enero me llamó Leo, no cualquiera ni un intermediario, hablé con Messi y me dijo la posibilidad de ir a Inter. Imaginate lo que representa eso para cualquier futbolista. Y yo no estaba convencido de irme de Boca, había renovado hace poco, lo único que hice fue comunicarme con Román y decirle la situación. Le dije que si él me necesitaba, yo me iba a quedar. Yo estoy ciento por ciento convencido de seguir en Boca y lo quiero seguir haciendo. Me queda de contrato este año y todo un año entero, voy a tratar de mejorar en lo que tenga que mejorar y volver a mi nivel, porque me encanta jugar en Boca, defender la camiseta, jugar en La Bombonera. Yo disfruto mucho estar en Boca, tendré que mejorar, trabajar y esforzarme más para seguir teniendo mi lugar acá, que es donde me gusta estar”.
Sobre su relación con el técnico Diego Martínez y Riquelme, aclaró: “Estoy muy cómodo. Con Román tenemos una relación muy buena desde el primer momento en que llegué al club. Siempre que nos vemos charlamos de fútbol, de la familia y los mismos temas. Con el técnico también muy bien, se han dicho muchas tonterías y por él también es que decidí salir a hablar, porque ya un poco te cansa. Diego es un gran entrenador, desde que llegó está trabajando mucho, tuvimos grandes momentos y es una gran persona, nos estamos conociendo, hace poco que trabajamos juntos y me siento muy cómodo con él y con el cuerpo técnico.
El primer conflicto se originó con el festejo de cumpleaños de Darío Benedetto. En este sentido, Marcos Rojo no esquivó el tema y se refirió a su amistad con el delantero que no es tenido en cuenta por Diego Martínez. “De la situación del Pipa no soy quien para hablar, tengo una gran amistad. Lo conocí acá en Boca, pegamos muy buena onda y en el cumpleaños fui con mi mujer, era en familia. Yo accedí a ir porque estaba lesionado en ese tiempo, no tenía que entrenar con el grupo. Respeto la relación que tengo con Darío, lo voy a bancar siempre y voy a buscar siempre ayudarlo para que él también pueda dar su mejor versión”.
Y aclaró: “Pipa es un gran profesional, este tiempo que no le ha tocado jugar se la bancó como un campeón siempre. Con buena cara, entrenando todos los días, hasta el día de hoy. Nunca hubo un problema con ningún compañero en todo este tiempo, que lo lógico sería que esté caliente, pero no, siempre tirando para adelante. Viajó a todos lados donde lo han llevado, no tengo nada para decir en contra de él ni de ninguno de mis compañeros”.
Artículo en desarrollo…