¿Quien no usó las ‘moneditas’ de la mesada para alquilar un cicla y pasear por el barrio? Tal acto era uno de los placeres de infancia.
Y cuando las llantas se pinchaban o la cadena se le daba por salirse, a pocas cuadras había un taller en donde se la dejaban como nueva. A estos lugares, llenos de sillines, manubrios y pedales se les conocía como ‘Bicicleterías’.
Pero en tiempos de celulares y bailes de TikTok, los talleres de ‘bicis’ fueron condenados a extinguirse casi por completo. Samuel Ortega es uno de esos ‘casi’ que se resiste a desaparecer.
A pesar de que sus clientes frecuentes dejaron de ser niños y ahora son señores que ya se les asoman destellos grises en su cabellera, el experimentaron mecánico no falla ni un día de trabajo ya que “gracias a Dios no le falta el camellito”.
Si no fuera porque aprendió lo esencial sobre los piñones y platos, él se hubiera a dedica a ser auxiliar de obra. La misma profesión de su padre, el cual no le dio el apellido, pero sí la valiosa lección de intentar ‘de todo’ antes de abandonar cualquier tarea.
Con tan sólo 15 años Ortega ya era todo un maestro en el arte de desbaratar bicicletas. Quien le enseñó cada uno de los trucos que esconde tal oficio fue “un primo que tenía un taller grande en ‘Barranca’ y después de intentarlo hartas veces, le cogí el tiro ” recuerda el ya veterano trabajador.
Sus horas de trabajo consisten en desmontar sillones, engrasar rodamientos y escuchar uno que otro chascarrillo que suelta algún vecino que se sienta a esperar el bus.
Por más que parezca rutinario y hasta desgastante, lo cierto es que este hombre camella con un semblante alegre y sus movimientos gozan de una concentración digna de cualquier ‘escarabajo’ colombiano que baja los Pirineos franceses a la velocidad del viento.
Apretó rumbo en ‘Villas’
Así como toda bicicleta necesita un apretón de pernos y tuercas, Samuel, a sus escasos veinte años, estaba carente de un lugar en donde encajar.
Las calles del barrio Las Villas de Floridablanca se convirtieron en su taller y diariamente llegaban clientes con distintos partes médicos de sus ‘bicis’. Después de recaudar suficientes mesadas, ‘Sammy’, como lo conocen sus clientes, se mudó a un pequeño local ubicado por la calle principal del sector. La fama y reconocimiento por las décadas de trabajo lo hace merecedor de múltiples: ¡“Q’hubo don samuel!” por parte de los vecinos y si usted pregunta por él, seguramente lo encuentra.
Aunque en su momento contaba con bicis de todos los tamaños y colores, lo cierto es que hace más de ocho años que ya no se atreve a alquilar este medio de transporte debido a los múltiples riesgos y responsabilidades que debe asumir.
Y con 65 años, lo que menos desea es preocupaciones. De hecho, este oficio le ha brindado algo que no cambia por nada: la oportunidad de manejar su vida al ritmo que desea, sea en dos o más ruedas.
Así le regala más años de vida a su ‘bici’
- Ojo con la presión: Revise que los neumáticos estén inflados a la presión recomendada para evitar pinchazos. Este dato está grabado en la llanta.
- Todo bien ajustado: Mantenga una ‘bici’ apretada es crucial, ya que las tuercas y tornillos flojos o mal apretados pueden provocar accidentes.
- Grasa pa´ la transmisión: Limpiar y lubricar permanentemente el tren de transmisión le asegura una conducción suave y sin esfuerzos innecesarios.
- Frenos aptos antes de cualquier ruta: Por su seguridad y la de los otros ciclistas, antes de cada rodada asegúrese de que los frenos funcionen correctamente.
Redacción y fotografía: Felipe Jaimes Lagos. (X)
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