Con los puentes de diálogo rotos con la Confederación General del Trabajo (CGT) y un apoyo en la opinión pública que supera el 50% pese a lo profundo del ajuste, Javier Milei enfrenta mañana su segundo paro general convocado por la central obrera. Tendrá lugar a 150 días – 4 meses y 28 días – de su asunción presidencial. La medida de fuerza será una pulseada entre el Gobierno y el sindicalismo con el objetivo de, no solo visibilizar su rechazo al plan de ajuste que está llevando adelante el libertario, sino también usarla como un elemento de presión sobre el Senado para hacer fracasar la Ley Bases que promueve el Gobierno Especialmente, sobre los legisladores peronistas y kirchneristas, con quienes tienen mayor afinidad ideológica, pero quienes también responden a los intereses de sus gobernadores necesitados de recursos. El proyecto oficial que obtuvo media sanción en la Cámara baja y comenzó a ser discutida esta semana en el Senado, incluye una reforma laboral que resiste el sindicalismo, pese a que se trata de una versión suavizada respecto del texto original.
Entre las amenazas de los sindicalistas a los representantes en la Cámara alta, se destacó ayer la realizada por el titular de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), Edgardo LLanos. Afín al kirchnerismo, llamó a “escrachar” a cada uno de los senadores que voten a favor de la ley cuando aborden un avión de Aerolíneas Argentinas, una de las empresas incluidas como “sujetas a privatización” en la Ley Bases.
El primer paro general contra Milei había sido el 24 de enero, a tan sólo 44 días de haber llegado a la Casa Rosada, con un fuerte discurso contra la “casta”, en el que incluyó a los líderes sindicales. Esa medida de la central obrera batió el récord de haber sido convocada en el plazo más corto desde la asunción presidencial de un mandatario.
Las dos medidas de fuerza nacionales de la central obrera contra el gobierno de Milei, en menos de cinco meses de gestión, se suman a las 26 convocadas por la CGT contra los tres presidentes no peronistas que gobernaron desde el retorno democrático hasta el 10 de diciembre pasado: Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa, y Mauricio Macri. En total, los 28 paros – incluido el de mañana-, representan el 64% de los 44 llevados a cabo por la CGT. A un promedio de 7 paros generales por gobierno.
En cambio, los cinco mandatarios peronistas que estuvieron en la Casa Rosada desde 1983 enfrentaron, en total, 16 paros generales (el 36%), a un ratio de 2 paros por gestión.
El promedio de días hasta la realización de la primera medida de fuerza de este tipo convocada por la central cegetista también muestra una notable disparidad entre los presidentes peronistas (1.209 días) y los no peronistas hasta diciembre pasado (275 días), según destaca un informe de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral. Con el primer paro realizado contra Milei en enero, ese promedio bajó de 275 a 218 días.
“Desde los datos objetivos, la protesta sindical se empieza a parecer a cómo se comportó el sindicalismo frente a Fernando de la Rúa. El segundo paro se lo hicieron a 147 días de haber iniciado su gobierno, es decir, más o menos en el mismo tiempo de gobierno que Milei. Pero desde el contexto, pareciera no ser comparable, porque Milei retiene apoyo popular y el sindicalismo tampoco parece ser tan fuerte como lo era en aquel momento”, analizó Marcelo Bermolén, director del Observatorio de Calidad Institucional (OCI) de esa casa de estudios, ante Infobae.
“Este segundo paro va a ser más fuerte, más que nada, por la adhesión del transporte y los servicios. La gente va a quedar capturada por la medida de fuerza. En estos días, se lo escuchó a Pablo Moyano decir que el primer paro de enero había sido un cese de actividades, de alguna manera reconociendo que había sido demasiado rápido y no resultó exitoso”, agregó este profesor de la Escuela de Gobierno de la Austral. La CGT ya adelantó que confía en que este paro será “contundente”, y el propio Gobierno admite – por lo bajo – algo similar.
“El sindicalismo, inspirado un poco en la masiva marcha universitaria del 23 de abril y apoyándose en el músculo piquetero de ganar la calle, buscará hacer una demostración de fuerza. No sólo frente a la situación económica, que es grave y está generando mayores adhesiones que en el primer paro, sino más que nada para ejercer presión sobre el Senado para que la Ley Bases caiga o, por lo menos, sea modificada y tenga que volver a la Cámara de Diputados, donde debería ser ratificada por dos tercios de los votos, algo difícil de conseguir. Por eso, las amenazas a los senadores que escuchamos de los sindicalistas”, señaló Bermolén.
Y en ese sentido, consideró que “la realidad terminó dándole la razón” al sindicalismo y sus acciones de presión, ya que “consiguió medidas cautelares de la Justicia” y la anulación del DNU en el Senado. “Ya habían logrado sacar al Banco Nación de las empresas privatizables incluidas en la Ley Bases, y consiguieron reducir la reforma laboral de 60 artículos a 15. Entonces, cuando se analizan las declaraciones altisonantes del sindicalismo y se cotejan los hechos, pareciera que logran algún grado de efectividad con las amenazas y las presiones. En este marco se inscribe el paro de este jueves”.
El ranking de paros por presidente
Desde el retorno democrático, el presidente que enfrentó mayor cantidad de paros de la CGT fue Alfonsín, un total de 13 en sus cinco años y medio de mandato, que culminaron en medio de una hiperinflación y con un fuerte deterioro económico. El primero de ese récord tuvo lugar en el octavo mes de su mandato, el 3 de septiembre de 1984, a los 269 días de asumir. El último, 10 meses antes de entregarle la banda en forma anticipada a Carlos Menem. Todos fueron impulsados por el entonces titular de la central obrera, Saúl Ubaldini, que encabezó una dura oposición al mandatario radical, a partir de su frustrado intento de democratizar los sindicatos con la llamada “Ley Mucci”, por el primer ministro de Trabajo del alfonsinismo, Antonio Mucci. En promedio, sufrió un paro cada 157 días de su gobierno.
En el otro extremo, Alberto Fernández se llevó el récord de ser el primer presidente peronista en culminar su mandato de 1.460 días sin paros generales, pese a su debilidad política y la crítica situación económica que provocó su gobierno.
En el ranking de paros de la CGT, a Alfonsín le sigue De la Rúa con 8 medidas de fuerza en los dos años que duró su mandato. El radical debió dejar el poder en medio de la aguda crisis económica y social de diciembre de 2001. La primera medida de fuerza la tuvo en el tercer mes de su gobierno, a los 77 días. El ex mandatario enfrentó, también, una fuerte oposición sindical por sus medidas económicas y el proyecto de reforma laboral que terminó con el escándalo de la llamada “Ley Banelco”, que involucró el pago de sobornos en el Senado para buscar su aprobación.
Menem también enfrentó 8 paros generales y se convirtió en el presidente peronista con más protestas nacionales de este tipo en su haber, aunque se llevaron a cabo a lo largo de los 10 años que estuvo en el poder. Cuatro paros tuvieron lugar en su primer mandato de 6 años y medio, y los otros 4, en su segunda presidencia de 4 años. Sin embargo, el mandatario riojano logró gobernar 1.221 días sin medidas de fuerza de las centrales sindicales, que demoraron más de tres años y cuatro meses en enfrentarlo con un paro. Ese primer paro convocado por la CGT durante el menemismo fue el 9 de noviembre de 1992, en contra de su política económica.
Cristina Kirchner y Macri, paradójicamente, sufrieron la misma cantidad de paros organizados por la CGT: cinco cada uno. Pero la ex mandataria culminó su primer mandato indemne. Los que enfrentó fueron todos en su segundo período, a partir de su ruptura con el titular de Camioneros, Hugo Moyano, impulsor de esas medidas de fuerza, y convocadas por la CGT Azopardo, la CGT Azul y Blanca y la CTA Autónoma. El primero – a 1.808 días de su llegada a la Casa Rosada – fue el 20 de noviembre de 2012, en rechazo al impuesto a las Ganancias y en reclamo de la suba de jubilaciones y asignaciones.
En el caso del líder del PRO, pasó un año y casi cuatro meses desde su asunción hasta enfrentar el primer paro general de los cinco que le haría la central obrera.
En el ranking de paros generales por presidencia, luego sigue Eduardo Duhalde con dos medidas de este tipo en el año y 5 meses que estuvo en la Casa Rosada, a la que accedió elegido por una Asamblea Legislativa, luego de la crisis del 2001.
Así, mientras Macri tuvo 5 paros en 1.461 días de gobierno (en promedio, un paro cada 292 días), Duhalde tuvo 2 en 509 días (un paro cada 292 días de gestión) y se convirtió en el presidente peronista con peor promedio, de acuerdo a los datos relevados por la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral. Sin embargo, todos los gobiernos peronistas tuvieron menor cantidad de paros en proporción a los días gobernados que los gobiernos no peronistas.
Néstor Kirchner enfrentó solo un paro de la CGT sobre el final de su mandato, el 9 de abril de 2007. Pero no fue contra su política económica, signada por el crecimiento económico de los primeros años, sino contra la muerte de un docente neuquino. El asesinato de Carlos Fuentealba en un reclamo contra el gobernador provincial logró unir a las dos centrales sindicales enfrentadas en ese momento, la CGT de Moyano y la CTA de Hugo Yasky, algo que no ocurría desde la era Menem.
Cuando había sido el primer paro contra Milei, Bermolén advirtió sobre “el factor desestabilizante que provoca la hostilidad sindical, marcada por la temprana convocatoria a paros generales”, así como la cantidad que se realizan a presidentes no peronistas. “Al punto de que dos de los tres antecesores de esa tendencia que precedieron a Javier Milei en el cargo no llegaron a concluir sus mandatos”, recordó.
“Resulta evidente que la actividad sindical materializada en huelgas más frecuentes y más severas para los gobiernos de signo diferente, explican una porción de las dificultades históricas para gobernar que han encontrado los presidentes no peronistas. De hecho, Mauricio Macri fue el único que pudo completar su mandato, luego de las fallidas gestiones de De la Rúa y Alfonsín”, agregó este especialista en calidad institucional y transparencia electoral de la Austral.
Visualizaciones: Daniela Czibener