Madrid, 19 jun (EFE).- Sergio Rodríguez, base del Real Madrid, anunció este miércoles su retirada una semana después de cumplir los 38 años dejando tras de sí un palmarés que incluye un oro en el Mundial 2006, una plata olímpica en 2012 y un bronce olímpico en 2016 con la selección española, y tres títulos de la Euroliga.
Con él se va uno de los hombres más talentosos que ha dado el baloncesto español en su historia, un director de juego de trato afable y gran templanza capaz de repartir asistencias inverosímiles sobre el parqué pero no exento del carácter necesario para dar un paso al frente en los momentos que más se le necesitaba.
Todo eso lo ha mantenido hasta el final de una carrera que arrancó para el “Chacho”, como se ha conocido cariñosamente al tinerfeño, en la cantera del La Salle de su ciudad natal antes de pasar a las categorías inferiores del Tenerife Baloncesto. A partir de ahí comenzó a hacer una maleta que ha llenado de recuerdos gloriosos alrededor del mundo.
Así, a los 13 años se trasladó al Centro de Formación Siglo XXI del País Vasco, en Bilbao, y desde ahí recaló en 2003 en el junior del Estudiantes madrileño. Pronto la Liga EBA se le quedó pequeña, tanto que el 13 de junio de 2004 “Pepu” Hernández lo sacó al final del quinto y definitivo partido de la final de la liga frente al Barcelona, que supuso el subcampeonato para el Estudiantes.
Fueron solo 26 segundos, el primer paso de su trayectoria con el primer plantel del conjunto estudiantil, en el que creció apadrinado por un base legendario allí como Nacho Azofra. Juntos compartieron minutos hasta que la progresión de Sergio le aupó a la titularidad mientras el salto a la NBA parecía inevitable.
De hecho, en 2006, pese a faltarle dos años para la edad reglamentaria, se declaró elegible para el ‘draft’ y el 28 de junio fue elegido con el número 27 en la primera ronda por los Suns de Phoenix, aunque acabó fichando por los Trail Blazers de Portland, la franquicia en la que jugó en su día el también español Fernando Martín y que había adquirido sus derechos.
El 11 de octubre de 2006, ya como campeón del mundo, debutó en la pretemporada frente a los SuperSonics y el 3 de noviembre en competición oficial contra los Warriors. Poco a poco el jugador se fue ganando la confianza del entrenador Nate McMillan y el 14 de enero de 2007 consiguió su primer y único doble-doble de la temporada contra los Nuggets de Denver (23 puntos y 10 asistencias en 30 minutos). Pese a todo, su protagonismo fue mermando.
Por ello, en julio de 2009 fue transferido a los Sacramento Kings y en febrero siguiente a los New York Knicks, marcando sus mejores resultados en la NBA, con 7,4 puntos, 3,4 asistencias y 1,4 rebotes en casi 20 minutos por partido. Aún así, en 2010 decidió regresar al baloncesto europeo, al Real Madrid.
Inició la primera de sus etapas en el conjunto blanco, saldada con la Euroliga 2014-2015 después de dos finales perdidas; tres Ligas ACB (2012-13, 2014-15 y 2015-16); cuatro Copas del Rey (2012, 2014, 2015 y 2016); y tres Supercopas de España (2012, 2013 y 2014).
Disfrutaba de un momento dulce, tanto que la NBA volvió a tentarle. Cayó en sus redes y regresó, más maduro y consagrado, para enrolarse con los 76ers de Philadelphia, con los que disputó 68 encuentros, en los que promedió 22 minutos, 7,8 puntos y 5,1 asistencias.
Con un buen balance, esperó alguna oferta de la NBA y barajó su regreso al Real Madrid, pero finalmente en julio de 2017 fichó por CSKA de Moscú, en el que permaneció dos de los tres años comprometidos.
Resultado igualmente provechosos ya que disputó las dos finales a cuatro de la Euroliga, conquistando el título en la de 2018-19, y ganó las dos ediciones de la VTB United League, competición regular de países del este europeo en la que fue elegido mejor jugador en la 2017-18.
No puso fin ahí a su periplo para disfrutar del baloncesto del Viejo Continente fuera de España, ya que en julio de 2019 fichó por el Olimpia Milán, dirigido por Ettore Messina, con el que ganó la Liga en el curso 2021-22, dos copas de Italia (2021 y 2022) y una Supercopa de Italia en 2020.
El 1 de julio de 2022 se anunció su salida del equipo italiano y poco después fichó por el Real Madrid, con el que en esta segunda estancia ha conquistado una Euroliga (2022-23), la Liga ACB 2023-24 y la Copa del Rey de 2024. Todo ello siendo un jugador importante en la rotación del técnico Chus Mateo y deslumbrando con su magia; levantando al WiZink Center gracias a las combinaciones con el pívot francés Vincent Poirier o dibujando triples que daban aire en momentos importantes.
El lanzamiento exterior fue una de sus facetas más destacadas, hasta el punto de que se marcha como el tercer jugador con más triples anotados en la historia de la Euroliga (609). En la máxima competición europea es además el tercero con más partidos jugados, el segundo con más asistencias tras Nick Calathes, el octavo con más minutos, el séptimo con más puntos y el octavo con más robos.
Un legado imborrable como lo es también el que deja con la selección española. MVP del Eurobasket junior de 2003, debutó con la absoluta en 2005 gracias a Mario Pesquera, que lo convocó para el Europeo de Belgrado. Su oro en el Mundial de Japón de 2006 no le valió para ser convocado de cara a los Juegos de Pekín de 2008 con Aíto García-Reneses.
Acabaría regresando en junio de 2012 con Sergio Scariolo en el banquillo. Fue plata olímpica ese año y al siguiente bronce en el Eurobasket de Eslovenia. Posteriormente, con Orenga, estuvo en el Mundial de España de 2014 para volver de nuevo con Scariolo, con quien fue oro en el Eurobasket de Francia de 2015, siendo incluido en el quinteto ideal.
En 2016 fue bronce olímpico en Río de Janeiro y, después de descartarse para el Mundial de China de 2018, puso fin a su ciclo como internacional en los Juegos de Tokio 2021 tras 154 partidos. EFE
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