La carrera de Sofía Vergara en televisión estuvo asociada por 11 años a la comedia por su rol en Modern Family. En ese género, el público la amó y fue nominada repetidas veces a los premios más importantes de la pantalla chica estadounidense.
Este año, la actriz ha vuelto a ser nominada a los premios Emmy; pero esta vez, por una historia de violencia y tragedia inspirada en un personaje de la vida real. Con Griselda, Sofía Vergara decidió apostar por el drama y enfrentar los retos emocionales que ello incluía.
En una entrevista con Variety, la famosa de 52 años describió la “sensación de pánico” lo que la inundó al saber que su proyecto sobre la “Reina de la cocaína” había sido aprobado por Netflix. Vergara admitió que hasta ese entonces nunca había sido la figura estelar de una miniserie dramática, y tampoco había tomado clases de actuación.
Consciente de esa debilidad, buscó una maestra. “Pensé, ¿Quién es una actriz de comedia que tuvo éxito en el drama?…. ¡Jennifer Aniston!” Así llegó a Nancy Banks, quien había trabajado con la figura de Friends desde el 2013. La coach la preparó para ejecutar una interpretación convincente, pero también para lidiar con el huracán de emociones que iba a experimentar por primera vez.
Una tragedia familiar
La historia de Sofía Vergara también fue marcada por la violencia del narcotráfico y los carteles colombianos. En 1996, su hermano mayor fue asesinado en un intento de secuestro. “Destruyó a mi familia. Destruyó a mi madre. Cambió totalmente nuestras vidas”, recordó en la entrevista.
Luego de una década, la actriz vio un documental sobre los capos de la droga que también extendían sus dominios hacia Miami. Fue ahí que conoció la historia de Griselda, y no podía imaginar que “una mujer con cuatro hijos fuese una de las narcotraficantes más despiadadas de la época”.
Pero aunque fuese un personaje intrigante, Vergara reconocía que era peligroso abordarlo mientras Griselda estuviese con vida. La mujer finalmente falleció en 2012, cuando tenía 69 años, como resultado de un tiroteo.
Griselda Blanco, también conocida como “La Madrina” o “La Viuda Negra, jugó un papel importante en el tráfico de cocaína en Miami y otras partes de los Estados Unidos durante las décadas de 1970 y 1980. Se le acusó de ordenar numerosos asesinatos, incluyendo los de sus ex maridos.
Netflix anunció el desarrollo de la miniserie en 2021 con Eric Newman, Sofía Vergara y Luis Balaguer como productores. La dirección del drama criminal fue encargado a Andrés Baiz, quien también fue uno de los creadores de la serie Narcos.
Convertirse en Griselda obligó a Sofía Vergara a medicarse
Ya en el proceso de filmación, Vergara recuerda pasar tres horas diarias en maquillaje para transformarse. “Una hora y media dedicada a las prótesis y el maquillaje facial, y una hora y media adicional para aplicar la peluca y el maquillaje corporal”, contó.
Asimismo, la actriz admitió que fue difícil acostumbrarse a la carga de emociones que tenía su papel. Durante las primeras tres semanas de filmación, tuvo dificultades para dormir.
“Me puse ansiosa. Nancy me explicó ‘estás matando, estas gritando y llorando durante todo el día. Te vas a casa y tu cuerpo no entiende que esas cosas no son reales, que no sentías todo eso’”, contó Sofía. “Así que tuve que tomar un poco de Xanax por las noches para calmarme. No estaba preparada para eso”, admitió.
En la conversación, la colombiana además abordó su intención de presentar a Griselda como un personaje interesante, “como el villano del que te sientes culpable de apoyar”. Sin embargo, no debía olvidar la verdadera naturaleza criminal de la mujer.
“Tenía que recordarlo, como, ‘Sofía, esta mujer acaba de matar a cientos de personas y niños.’ Fue muy difícil no romantizarla o hacerla parecer una heroína. Ella se había convertido en una psicópata”, expresó.