Siendo uno de los rostros conocidos más perseguidos de este país, Tamara Falcó ha hablado este miércoles -una vez más- de la exposición mediática que tiene y de cómo ha sabido lidiar con determinadas situaciones para no ser perseguida por los medios.
En este contexto, Tamara aseguraba que se ha llegado a meter en el maletero de un coche para no ser seguida por los paparazzis aunque “primero pienso, ¿me voy a ahogar? a lo mejor sería mejor la foto y en el maletero no hay nada en lo que sujetarse”, pero es mejor porque “después llegas al sitio y te dicen ‘ya puedes salir'”
Juan del Val le preguntaba a qué sitios iba cuando se escondía en el maletero y la hija de Isabel Preysler perdía la memoria: “Pues ya ni me acuerdo, lo del maletero… ha evolucionado la técnica” anunciaba, dejando entrever que ahora tiene otros métodos.
Aunque al principio se mostraba reacia a desvelar cuáles eran estas técnicas: “No pienso decir nada”, finalmente ha desvelado que “tengo parking, la casa de mi madre tiene dos entradas y tengo un marido que conduce muy rápido”.
Sin embargo, lo que más ha llamado la atención ha sido un comentario que ha hecho Tamara defendiendo a su suegra, Carolina Molas, de la presión mediática a la que se ha tenido que enfrentar desde se hizo pública su relación con Íñigo Onieva.
Cristina Pardo explicaba lo sorprendente y llamativo que tiene que ser para cualquier anónimo ver como cincuenta cámaras se avalanchan encima de un persona conocido y Tamara comentaba por lo bajini: “Que se lo digan a mi suegra”, reflejando así lo agotada que está Carolina de estar en el foco mediático por el simple hecho de ser la madre de Íñigo.