La presión ejercida por la competencia, encabezada por plataformas de transporte como Uber, Didi y Cabify, ha llevado a que los conductores de taxi en Bogotá se concentren en prestar un servicio más atractivo y, por qué no, llamativo en comparación con los particulares que trabajan bajo el modelo de alquiler.
Cuenta de ello, historias como la del taxi Lamborghini que hizo viral al prestar un servicio “de lujo” Pasto (Nariño) o la del taxi con puertas de apertura inversa, también conocidas como puertas suicidas, en Bogotá, que fue captado en video, mientras dejaba a dos de sus pasajeros en un hotel, en la zona norte de la ciudad.
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“¿Y ese taxi qué?”, se escucha preguntar al que, se cree, sería otro huésped alojado en el lugar, cuando un hombre con traje sostenía la puerta y ayudaba a los pasajeros con su maleta.
Y es que, para bien o para mal, no es un vehículo que pase desapercibido. Al menos no cuando es momento de bajar, debido a que su diseño es poco común en el país, sobre todo en vehículos de transporte público, de marcas como Hyundai o Chevrolet.
En redes, los bogotanos manifestaron querer encontrarse con él para poder subirse y disfrutar de la experiencia, aunque algunos advirtieron que, no en vano, se le conocen como puertas suicidas:
“El taxi convertible”, “¿Este tipo de puertas no son las que incorporan a los Rolls-Royce?”, “En realidad son conocidas como las puertas suicidas”, “El taxi Bentley no existe… el taxi Bentley existiendo”, “Exótico, solo en Colombia se ve un taxi con puerta suicida, al estilo Lincoln Continental”, “Vaya, que clase, que finura”, “Buena adaptación”, “Esta es melo. Felicitaciones por tan hermoso taxi a su conductor”.
¿Por qué se les conocen como puertas suicidas a las puertas de apertura inversa?
El sistema de puertas de apertura inversa, conocido comúnmente como puertas suicidas en Estados Unidos, y como puertas de vagón en Inglaterra, se caracteriza por abrirse en dirección contraria a las puertas convencionales. Este diseño implica que las bisagras están ubicadas en la parte trasera de la puerta y el picaporte en la parte delantera.
Las puertas suicidas se han convertido en el sello de algunas marcas automovilísticas. Durante los primeros años de la industria automotriz, empresas como Peugeot las incluyeron en sus modelos debut. Sin embargo, a partir de la década de 60, se volvió menos común, aunque nunca desapareció por completo.
En modelos recientes, marcas de automóviles como Rolls Royce y Mazda han preferido términos alternativos como “puertas de bisagras traseras” y “puertas estilo libre” para evitarlos connotaciones negativas asociadas con el nombre “puertas suicidas”. Opel, por ejemplo, utilizó el término FlexDoor para sus campañas.
Aunque, bien es cierto que el término “suicidas” no es en vano, pues su funcionamiento implica riesgos adicionales. En vehículos que alcanzan altas velocidades, la zona de baja presión que se forma alrededor del coche contribuye a abrir la puerta si no está bien asegurada.
Este efecto opuesto al de las puertas convencionales, sumado a la fuerza centrífuga en curvas, puede llevar a que se abra peligrosamente mientras el coche está en movimiento. Casos como la prueba realizada por Consumer Reports en 1969, donde una puerta de un Subaru 360 se abrió a baja velocidad, ponen de manifiesto su potencial peligrosidad.
Algunos diseñadores utilizan un sistema mixto en el que las puertas delanteras son de apertura convencional y las traseras de apertura inversa. Estos modelos aseguran que las puertas traseras no puedan abrirse sin abrir primero las delanteras, proporcionando una solución a los riesgos mencionados, bajo el nombre de puertas tipo concha, incluso, cuando no replican a la perfección el sistema de funcionamiento de las valvas de las corazas o caparazones, como en el caso del taxi.